He extendido mi mano y nadie ha hecho caso

Porque he llamado y habéis rehusado oír, he extendido mi mano y nadie ha hecho caso; habéis desatendido todo consejo mío, y no habéis deseado mi reprensión; también yo me reiré de vuestra calamidad, me burlaré cuando sobrevenga lo que teméis.

Proverbios 1:24-26 (LBLA)

Cambiador de Mundo: Aun muchos cristianos nunca han entendido esta advertencia que Dios le hace a todos aquellos que escoge para rendirse a Él, porque estas Escrituras son una espada de doble filo que cortan traspasan y rompen aun las coyunturas de nuestra vida, tal como está escrito en Hebreos 4:12. Pero si nosotros escudriñamos este proverbio, Dios nos está invitando a volver a Él y escuchar Su reprensión para que El derrame Su Espíritu sobre nosotros y para que entonces podamos saber y comprender Sus Palabras. Pero si nos llama y no queremos oír y extiende Su mano y no nos agarramos de Él, ni escapamos del peligro en el que estamos con Su ayuda, entonces es obvio que nos alcanzará el pecado y la destrucción, y no es por causa de Dios sino el fruto de querer ignorar la salvación que nos está ofreciendo. Caminar con Cristo, no es una actitud o una acción de palabra, sino que es empezar una relación personal e íntima con El, donde cada día Él nos va perfeccionando, nos va llevando por el camino angosto después de habernos pasado por la puerta estrecha. En pocas palabras después de haber muerto al Yo, que vivió para este mundo y que ahora empieza a vivir en el Espíritu porque así caminan los verdaderos hijos de Dios. Pidámosle hoy a Jesús que en verdad abra nuestros ojos espirituales, y destape nuestros oídos, porque necesitamos saber que nosotros no vamos a impresionar a Dios con lo que hacemos, sino que tenemos que presentarnos delante de la cruz de Cristo, arrepentirnos, pedir perdón por todos nuestros pecados, tomar esa cruz en nuestros hombros y seguirlo hasta el último día de nuestra vida aquí en la tierra (Lucas 9:23-27). Cristo en nosotros la esperanza de gloria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27). Aleluya.

El que me escucha vivirá seguro, y descansará, sin temor al mal

Porque el desvío de los simples los matará, y la complacencia de los necios los destruirá. Pero el que me escucha vivirá seguro, y descansará, sin temor al mal.

Proverbios 1:32-33 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Ahora que somos cristianos, podemos darnos cuenta de que estábamos hastiados de nuestros propios consejos antes de Cristo, y por lo tanto, nada sucedía que pudiera traernos paz y bendición, pues estábamos caminando en nuestra iniquidad tal como el mundo lo ha hecho siempre porque no pensemos que lo que está pasando en este tiempo, es algo nuevo ya que siempre y desde el principio en el huerto, el hombre intentó vivir de acuerdo a sus decisiones, y desechó la advertencia de Dios, y por eso Adán y Eva fueron echados para siempre de la presencia del Altísimo. La historia solo se ha repetido una y otra vez y lo vemos en la Biblia cuando leemos la vida de Noé y el arca, donde Dios le advirtió que la construyera porque enviaría un gran diluvio a la tierra, ya que estaba cansado de la maldad el hombre (Génesis capítulos del 6 al 9). En este proverbio 1 de la Biblia, leemos que las advertencias de Dios a toda la humanidad no se han detenido, pues una y otra vez hay una constante advertencia de que el mundo detenga su maldad y no hay señales de obediencia a Dios, y por eso estamos en una crisis que pareciera no tener fin, pero la respuesta es la misma: entregarnos al Todopoderoso, humillarnos delante de Su presencia, arrepentirnos de todos nuestro pecados, clamar Su Nombre, orar, y doblar nuestras rodillas delante de Él, porque entonces El sanará la tierra (2 Crónicas 7:14). La Iglesia es el pueblo al que Dios está llamando para venir a Sus pies, y no debemos retrasarnos porque es urgente que lejos de estar pidiendo milagros y señales a Señor, nos postremos delante de Él y no nos detengamos hasta escuchar Su voz, porque El dará respuesta a nuestro clamor. Cristo en nosotros la esperanza de gloria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27). Aleluya.

La compasión de Dios

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Mateo 11:25 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Jesús fue bien claro en reprender a los religiosos porque ellos celaban a todos aquellos que quisieran acercarse al Señor y además pensaban que solo ellos conocían las Escrituras, pero no se daban cuenta que el Reino de Dios había llegado a la tierra y por consecuencia Su gracia. Por lo tanto cualquier persona que se acercaba al Hijo de Dios, recibía una respuesta, un abrazo, un milagro, o simplemente una palabra que le pudiera dar esperanza para su vida y su salvación eterna. Por eso en este versículo el Señor le daba gracias a Su Padre en los cielos, porque había escondido la revelación a los sabios y se las había entregado a aquellos que no sabían absolutamente nada de lo que iba a ocurrir. El Apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios, escribe que ya que en la sabiduría de Dios el mundo no le conoció, le agradó salvar a los creyentes por la locura de la predicación. La predicación de Cristo crucificado para los judíos, fue tropiezo y para los gentiles locura, más para los llamados así judíos como gentiles, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios (1 Corintios 1:18-31). *La promesa para nosotros los cristianos nacidos de nuevo, es que por Su gracia siempre pongamos a Dios y Su Palabra en el primer lugar de nuestras vidas, porque también nosotros siendo lo insensato y lo débil de este mundo, estamos agradecidos que Dios nos haya rescatado para Su Reino. Cristo te ama y también a ti quiere salvarte y rescatarte para Su gloria (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Todas las cosas pertenecen a Jesús

Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Mateo 11:26-27 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: A Dios le plació entregarle todas las cosas a Su Hijo Jesús, el Cordero sin mancha que vino a la tierra para dar Su vida por toda la humanidad. Eso no lo entendieron los fariseos ya que argumentaban que Jesús era hijo de José el carpintero y de María. Jesús se revela y se da a conocer a la persona que Él quiera, y es solamente por Su gracia que todos los cristianos nacidos de nuevo, ahora somos hijos de Dios. La relación de Jesús con Dios Su Padre, es única, y toda persona que se convierte al Señor puede también tenerla, porque el Hijo de Dios es el Camino, la Verdad y la Vida. Caminar con Cristo es tomar la cruz, negarse a sí mismo y seguirlo y eso nos costará todo a los que de verdad nos hayamos rendido a Él. No podemos encerrar a Dios en nuestros pensamientos o sentimientos creyendo que Él tiene que hacer lo que pensamos, decimos o imaginamos, porque nos trae frustración y es fruto de un cristianismo inmaduro. *De acuerdo a la Biblia, la promesa de salvación y de vida eterna que tenemos a través de Cristo, nos debe de llevar a la conclusión de que nuestros éxitos materiales aquí en la tierra, no tendrán ningún valor en los cielos y aunque podemos justificarnos con respecto a esto, la realidad es que no debemos vivir afanados sino que busquemos nuestro sustento, abrigo y habitación y estemos contentos y agradecidos a Dios con esto (Mateo 6:19-34). Cristo te ama y te quiere salvar (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Siempre prediquemos a Cristo

A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 10:32-33 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Jesús quiere que todos Sus discípulos testifiquen Su Nombre por donde quiera que vayan, y que lo declaren como su Salvador y el único que les puede otorgar vida eterna.
Pero a cualquiera que lo niegue delante de este mundo, El también lo negará delante de Su Padre que está en los cielos.
Cuando empezamos a caminar con Jesús, nos damos cuenta de lo separado que está el mundo de la voluntad de Dios y eso muchas veces nos turba porque el ataque sobre nuestra fe de parte de muchas personas, será incesante y el objetivo es hacernos creer que somos nosotros los que estamos mal por amar y creer radicalmente en Jesucristo.
Aun familiares cercanos como padre, madre, hermanos, hijos y amigos, se distanciarán de un verdadero cristiano cuando este les comparta de su fe y por supuesto estos que le oyeren, le rechazarán (1 Pedro 4:4-5).
Pero no nos preocupemos porque así lo explicó Jesús en Su Evangelio, que no venía para traer paz a la tierra sino espada y habría disensión del hombre contra su padre, la hija contra su madre, y la nuera contra su suegra; y los enemigos del cristiano que camina en serio, serían los de su propia casa (Mateo 10:34-36).
*Por lo tanto solo estaremos seguros si buscamos refugio en Jesús y lo declaramos nuestro Rey y Señor para que seamos salvos y gocemos de vida eterna. Todo lo podremos en Cristo porque El nos fortalece (Romanos 10:8-13, Filipenses 4:13).
Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Cristo en primer lugar

El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
Mateo 10:37-38 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: El día que tomamos la decisión de ser cristianos nacidos de nuevo, también estamos decidiendo amar a Dios y a nuestro Señor Jesucristo por encima de nuestro amor a padre, madre, hijo, hija, cónyuge. Esta será una decisión difícil pero prioritaria y que por supuesto necesitará la ayuda del Espíritu Santo viviendo en nosotros.
También el Señor nos pide que por Su gracia, amor y misericordia, tomemos Su cruz y caminemos en pos de Él negándonos a nosotros mismos.
En el tiempo que nos ha tocado vivir se hace mas difícil cada día ser una persona consagrada a Dios y que lo ponga a Él en primer lugar. Nosotros mismos podemos testificar que caminar por la puerta estrecha y el camino angosto, nos ha costado todo, familia, amistades, trabajo, un cambio total de vida, al igual que sucedió con los primeros discípulos de Cristo y con la Iglesia primitiva después de que Jesús subió a los cielos.
Los primeros cristianos tenían la gran comisión de ir y hacer discípulos a todas las naciones y después de que recibieron el Espíritu Santo en Pentecostés, el Evangelio se empezó a esparcir de ciudad en ciudad, a pesar de la gran oposición de los mismos judíos fariseos (Mateo 28:19-20).
*Pidámosle a Dios que nos fortalezca con Su Espíritu Santo para que también nosotros podamos expandir el Evangelio, sobre todo ahora que contamos con tantas redes sociales para hacerlo y ganar muchas almas para el Reino de los Cielos.
Cristo te ama, quiere entrar a tu vida y quiere hacerte un pescador de hombres (Mateo 4:19, Romanos 10:8-10).
Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Juan 15:12-13). Aleluya.

Consagrándonos a Jesús

El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
Mateo 10:39 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Este pequeño versículo nos enseña claramente que la persona que viva para sí misma, para agradarse y para caminar en sus propios planes, disfrutando según él de esta vida, cuando terminen sus días aquí en la tierra, se presentará ante el Tribunal de Cristo y se dará cuenta de que todo el tiempo que vivió en la tierra, fue inútil y una gran pérdida para él. Pero la persona que decide derramar su vida para servir a Jesucristo, ese cuando se presente ante el Tribunal de Cristo, escuchará de la boca del Señor, bien hecho siervo fiel, pasa a disfrutar de la vida eterna (Mateo 25:23). Jesús predicó acerca de la importancia de que podamos entender que hoy es el día de buscar ser ovejas del Reino de Dios y no ser cabras y El define este llamado para aquellas personas que se dedican a servir y bendecir a su prójimo. Pendientes de sus necesidades, de sus tristezas y dolores, de sus fracasos, de sus éxitos, pero sobre todo de su salvación, porque finalmente eso es lo único que contará como nuestro trabajo aquí en la tierra, ganar muchas almas para Cristo (Mateo 25:31-46). *Pidámosle a Dios que nada nos detenga de ser un testimonio de vida cristiana para todos aquellos que nos conozcan. Que puedan identificar que la Palabra del Altísimo vive en nosotros y no es nada religioso sino vida y esperanza. Que nada nos desvíe de nuestra relación con Dios y de nuestra responsabilidad y llamado a predicar el Evangelio, sobre todo en esta época donde se han cerrado muchas iglesias, por lo tanto prediquemos donde tengamos oportunidad. Cristo te ama y quiere perdonarte y regalarte vida eterna, entrégate a El hoy (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Seamos bendición a los siervos de Dios

El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá.
Mateo 10:40-41 (RVR1960)

 

Cambiador del Mundo: Jesús nos explica en estos versículos la importancia y gran bendición que recibe el que abre su corazón y sus puertas a un siervo de Dios, porque a partir de ese momento, su actitud de honra también es reconocida por Dios nuestro Padre Celestial. Discernir quién es un verdadero siervo de Dios, implica ser un cristiano nacido de nuevo, que lee la Biblia, que ha puesto en primer lugar el Reino de Dios y Su Justicia, porque solo así él podrá percatarse de quién es un Profeta del Señor. Tenemos que ser diligentes para entender que el Señor mandó a Sus discípulos a predicar el Evangelio a todas las naciones y les pidió que llegaran a las casas de la gente que habitaba el lugar, y si ellos lo recibían que permanecieran ahí hasta su partida. Pero si era lo contrario y los despedían, que sacudieran aun el polvo de sus pies y se marcharan a otra casa o ciudad donde tuvieran puertas abiertas. El Señor también nos enseñó que por sus frutos nosotros conoceríamos a los verdaderos hijos de Dios, porque también debemos de guardarnos de todos aquellos falsos profetas que viene vestidos de ovejas pero por dentro son lobos rapaces (Mateo 7:15). *Pidámosle a Dios que podamos reconocer los frutos en las personas que nos hablan, que podamos ver un buen árbol con frutos buenos y con el testimonio de la vida y la fragancia de Cristo en sus vidas (Mateo 7:16-20). Cristo te ama y quiere perdonarte y salvarte si abres hoy tu corazón a Él (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Jesús el Mesías

Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.
Mateo 11:2-6  (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Aun Juan el Bautista, cuando fue llevado preso, mandó a su gente para preguntarle a Jesús si El era el Mesías verdadero. Y Jesús les aclaró acerca de todos los milagros que habían estado ocurriendo por varios lugares por donde El caminaba, y al final hace una advertencia diciendo: Bienaventurado aquel que no halle tropiezo en mi.
Si Juan el Bautista que era el primo de Jesús, y era también el que lo había bautizado, ¿Cómo es que tuvo duda de la identidad del Hijo de Dios?. Eso solo lo podemos entender por causa de que estaría muy atribulado en la prisión, y preguntándose el por qué estaba preso, si lo único que había hablado era la verdad.
Pero Dios lo permitió y no podemos nosotros tratar de razonar esa prueba que estaba atravesando Juan.
*Cuánto mas debemos de estar alertas de que los acontecimientos que nos rodean no nos traigan dudas y temores que pueda provocar el apartarnos de Dios, porque también nosotros podemos testificar que hemos visto que los ciegos ven, los cojos y leprosos son sanados y limpiados, los sordos oyen, y aun muchos que estábamos muertos espiritualmente, ahora estamos vivos por la gracia de Dios.
Cristo te ama y quiere salvarte el día de hoy (Romanos 10:8-13).
Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.

Confiando en el Señor

Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Mateo 10:28 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: En muchas partes de los evangelios, Jesús habla de la gran oposición que el mundo pondría en contra de Su Palabra, pero nos mandó nuestro Señor a no temerle al mundo sino a confiar plenamente en Él, ya que Él es nuestro amparo y nuestra fortaleza, por lo tanto no temeremos mal alguno (Salmos 46). Dios sabe todas las cosas a las que se tendrá que enfrentar Su pueblo amado que es la Iglesia y por mucha oscuridad que nos pueda rodear en el mundo, Él es nuestra luz y Su Palabra lámpara a nuestros pies y por lo tanto nada debe de sorprendernos (Salmos 119:105). *Todo lo que el Señor nos hable tenemos que proclamarlo con voz fuerte sabiendo que Él es el que hace la obra y nosotros solamente estamos comprometidos a expandir la buena semilla en los corazones de todos aquellos que todavía no conocen a Jesús. La Iglesia primitiva que se estableció después de la ascensión de Jesús a los cielos, tuvo que pagar un precio muy alto y a muchos les costó su propia vida como sucedió con Pablo y prácticamente con todos los discípulos de Jesús, que no estimaron su vida como cosa a qué aferrarse sino que la rindieron con tal de cumplir el propósito para el cual habían sido llamados (Filipenses capítulo 2). Cristo te ama y quiere que pongas tu fe en Sus promesas de bendición y vida eterna ya que Él quiere salvarte y cambiarte para volverte un hijo de Dios (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su amor y gracia nos permite predicar Su Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10,57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.