Mirando siempre a los cielos

Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo.
Filipenses 3:20 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El Apóstol Pablo nos habla en esta carta a los Filipenses que todos los cristianos nacidos de nuevo, seamos imitadores de Cristo y que caminemos con las personas que así se conducen, dando siempre un ejemplo al mundo entero de la recompensa que tendremos en los cielos. Porque tristemente nosotros podemos percatarnos de que el mundo está perdido haciendo su iniquidad a pesar de la misericordia que Dios les sigue extendiendo. Pues muchos andan caminando como enemigos de la cruz de Cristo y si no hay un arrepentimiento genuino y una entrega a Jesús, su final será perdición por cuanto solo dedicaron su vida y sus talentos a las cosas terrenales. *Como siervos de Dios sabemos que el Señor cuando partamos de este mundo hacia la eternidad, El transformará nuestro cuerpo terrenal a un cuerpo que sea semejante al de la gloria Suya y será por el poder de Dios (Filipenses 3:17-21). Cada día tenemos que tomar decisiones porque ellas darán un fruto de vida o de muerte y por eso nuestro diario caminar tiene que estar dirigido por la Palabra de Dios que es la Biblia. No debemos caminar por instinto, imaginación, sentimientos, costumbres, o tradiciones humanas, porque esa no es la voluntad de Dios. Cristo vino a la tierra a dar Su vida sin otro propósito más que por Su gran amor, los que crean en El puedan ser salvos y pasar la eternidad en Su gloria. Los que conocemos a Jesús como nuestro Salvador y Señor, invitemos hoy a las personas que aún no lo conocen para que rindan su vida y puedan disfrutar de estas promesas (Romanos 10:8-13). Y por la gracia de Dios que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Hambre y sed de la verdad

Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
Juan 14:6 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Jesucristo nos dice en las Escrituras que Él es el Camino, la Verdad y la Vida, algo que parece tan sencillo pero que en realidad ninguna persona puede entender si el Espíritu Santo no se lo revela. En el evangelio de Juan se nos enseña también que la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Por lo tanto cualquier cristiano nacido de nuevo que quiera conocer más íntimamente a Jesús, tiene que profundizar en las escrituras pidiéndole al Señor que la Palabra le sea revelada en el tiempo y forma que Dios planeó para esta persona. Porque no es del que quiere ni del que corre sino de Dios que tiene misericordia (Romanos 9:15-16). No corramos el riesgo de ser endurecidos porque también esto lo puede hacer Dios (Romanos 9:18). El Apóstol Pablo también habló de que en estos últimos tiempos estaría en acción el misterio de la iniquidad y por lo tanto dicho espíritu saldría a engañar a los incrédulos y a los cristianos tibios para que se pierdan, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por eso Dios les envía un poder engañoso para que crean en la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad sino que se complacieron en la injusticia (2 Tesalonicenses capítulo 2). *El Apóstol Juan también nos habla de que tenemos que amar de hecho y en verdad y no solamente de palabra y si amamos a nuestro prójimo ese va a ser nuestro mejor testimonio de que estamos caminando en la verdad y poniendo nuestro corazón en las manos de Jesús (1 Juan 3:18-19). Hoy es el día para venir a Cristo y entregarle tu corazón (Romanos 10:8-13). Y por la gracia de Dios que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Tiempo de decisión

Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia.
Deuteronomio 30:19 (LBLA)

Cambiador del Mundo: No debe cabernos la menor duda de que estamos viviendo en un momento determinante para el mundo pero sobre todo para el pueblo de Dios los cristianos nacidos de nuevo, el remanente que ha tomado en serio las profecías de la Biblia acerca de estos últimos tiempos, habladas por Jesús (Mateo capítulo 24). Moisés nunca entró a la tierra prometida porque Dios no lo se lo permitió, pero Moisés deja muy claro que el pueblo de Dios iba a tener que tomar una decisión de escoger la vida y rechazar la muerte, de tomar la bendición y no recibir la maldición, para que pudieran habitar en la tierra prometida ellos y su descendencia. Si lo hacían de otra manera, con toda seguridad morirían. Dios seguiría hablando al pueblo ahora a través de Josué pero todo Israel estaba obligado a escuchar su voz, porque esa sería la única manera de mantenerse vivos y no morir (Deuteronomio 30:20). *Muchas personas hoy aun llamándose cristianos, no terminan de tomar la decisión de consagrarse y por eso no han entrado a la tierra prometida espiritualmente hablando, lo que significa una familia llena de promesas, un trabajo lo suficientemente bueno para poder cubrir las necesidades y por supuesto una paz y gozo que no hay dinero con qué comprarlas, y es solamente porque Dios la da por Su gracia a quien El decide. Hoy es tu día de poder tomar una decisión que te otorgue la vida junto con tu descendencia y que puedas descansar en una nueva manera de vivir, que no va a estar guiada por tus pensamientos sino por la Palabra de Dios y una estrecha relación con El (Romanos 10:8-13). Y por la gracia de Dios que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

La recompensa de la humildad

Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.
Santiago 4:6 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Cuando la humildad de Jesús habita en una persona, provoca que se aparte de una manera radical de amar el mundo y todos sabemos que solamente si Cristo vive en nosotros podemos aspirar a una vida humilde conforme al propósito de Dios. Muchos de nosotros como cristianos nacidos de nuevo, podemos reconocer que antes de entregarnos a Cristo estábamos totalmente dependientes de la manera de vivir de una sociedad que se ha corrompido y que carece de valores. Pero solo hasta que conocemos la Palabra de Dios nos damos cuenta que estamos viviendo de una manera que no agrada a nuestro Creador. Vamos hoy a enfocarnos en el invaluable precio de nuestra salvación eterna, porque hoy no se trata de un asunto de economía sino de la máxima recompensa de Dios que es ser perdonados, salvados y pasar una eternidad en los cielos por la gracia de Dios. *La humildad nos permite someternos a Dios y resistir al enemigo de nuestra alma, porque solo así él huirá de nosotros. Si nos acercamos a Dios, entonces Él se acercará a nosotros y por Su gracia nos permitirá ser limpios de pecado y hacer a un lado todo doble ánimo que nos asechaba antes de Cristo y como regalo final El mismo purificará nuestros corazones (Santiago 4:7-8). Jesús quiere que aprendamos de El a ser mansos y humildes de corazón y hallaremos descanso para nuestra alma. (Mateo 11:29). Hoy es el día que entregues tu vida a Jesús si todavía no lo has hecho y lo declares tu Rey y Señor porque solo así gozarás de todas estas promesas de bendición eterna (Romanos 10:8-13). Y que por la gracia de Dios que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Jesús el labrador de nuestro huerto

Despierta, viento del norte, y ven, viento del sur; haced que mi huerto exhale fragancia, que se esparzan sus aromas. Entre mi amado en su huerto y coma sus mejores frutas.
Cantares 4:16 (LBLA)

Cambiador del Mundo: La mayor promesa para un cristiano es que Jesús lo salva, le da vida eterna. Jesús toma el control de una vida que se ha entregado a Él y ese corazón de piedra lo cambia por un corazón de carne, que después Él lo prepara y lo cuida como un huerto al que su labrador le da una atención diaria y no lo abandona jamás. Los hijos de Dios debemos de atesorar en nuestro corazón, el que Jesús es el guardador de nuestro huerto, lo cuida y lo protege para que sea un huerto cerrado, fuente sellada, con unos renuevos como si fuera fruta escogida, con la fragancia del nardo, con olor a mirra, aloe y canela, como el aceite y los mejores bálsamos, regado por un pozo de aguas vivas, todas estas son las promesas del Señor cuando nosotros decidimos formar parte de la Iglesia de Cristo y nos volvemos Su prometida, la novia vestida de lino fino, que se casará con El en los cielos cuando se efectúen las Bodas del Cordero (Cantar de Cantares capítulos 4 y 5). Cuando los cristianos atesoran en su corazón estas promesas, su vida es transformada porque ya no buscan la aprobación del mundo ni de los hombres, sino la de Jesucristo de acuerdo a Su Palabra que es la Biblia. Para Jesús somos esa tierra que Él ha limpiado del pecado de este mundo, la ha regado con agua viva, con el poder de Su Espíritu Santo, y ahora muchos podemos decir todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13). Hoy es tu día de ser un huerto para Jesús si le abres tu corazón y lo invitas a ser tu Rey y Señor (Romanos 10:8-13). Y por la gracia de Dios, Cristo en nosotros es nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57).

Jesús nuestro guardador

El Señor es tu guardador; el Señor es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te herirá de día, ni la luna de noche.
Salmos 121:5-6 (LBLA)

Cambiador del Mundo: La Biblia tiene que ser escudriñada por los hijos de Dios, porque ella es nuestro manual de vida y ahí están escritas todas las promesas que una persona cristiana puede recibir cuando su fe y esperanza están puestas en Jesús su guardador. El Señor nos dice que siempre levantemos nuestros ojos a los cielos porque solamente de El vendrá nuestro socorro y no permitirá que nuestro pie resbale y tampoco nos desatenderá el que ha prometido llevarnos a la vida eterna. Porque en Cristo Jesús tenemos salvación, perdón de pecados y palabra de vida eterna. A lo largo de la Biblia, podemos encontrar que Dios es el que guarda nuestra alma así como nuestro corazón, el que quiere llevarnos de la mano para que nuestras salidas y entradas sean seguras desde ahora y para siempre. Y es precisamente por eso que las Escrituras no pueden ser un libro más para nosotros ni tampoco un pasatiempo para practicar lectura, porque eso no le agrada a Dios (Salmos 121). Cuando venimos a Jesús estamos totalmente perdidos en cuanto a cómo lograr y alcanzar la santidad que ofrece Cristo. Quizá en algún momento de nuestra vida antes de ser verdaderos cristianos alguien nos predicó con la Biblia pero por supuesto que sin el Espíritu Santo de Dios en nosotros, en ese momento no entendimos nada. *Demos gracias a Dios porque Él es bueno y para siempre Su misericordia. El hoy te invita a que seas libre de tu angustia e invoques el Nombre de Jesús para ser salvo y gozar de vida eterna (Salmos 118). Y por la gracia de Dios que nuestro Señor Jesucristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

El poder es de Dios

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hechos 1:8 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: El mundo pierde el tiempo buscando tener poder para desarrollar su egoísmo, soberbia e iniquidad, y esto se origina porque la gente que está viviendo para estas metas, no conocen a Dios ni mucho menos Su Palabra. Antes de regresar al cielo, después de toda Su obra de redención aquí en la tierra, Jesucristo les encargó a Sus apóstoles lo que tendrían que hacer para recibir poder junto con el Espíritu Santo de Dios, para predicar el evangelio en todas las naciones. Estas palabras solo las entenderá una persona cristiana que ha nacido de nuevo y ahora disfruta de la gracia y el amor de Jesús en su vida. *Un cristiano lleno del poder de Dios, es sin lugar a duda una persona que ha entendido quién es, hacia dónde se dirige y para qué vino a la tierra. Esta identidad y entendimiento solamente pueden venir de tomar la Palabra de Dios como la instrucción divina y nuestro manual de vida, por lo tanto la única manera de ir en contra de la maldad de este mundo, es permitiendo que el carácter y la vida misma de Cristo se forme en nosotros por medio del poder del Espíritu Santo. Pablo lo enseñó en su carta a los Gálatas a quienes dijo que estaba sufriendo como dolores de parto y lo iba a soportar hasta que Cristo se formara en todos ellos (Gálatas 3:19). Podemos concluir pidiéndole a Dios que no permita que seamos desviados de nuestra fe y confianza en El, aunque sabemos que la batalla en el día a día de nuestra vida va a ser imposible para el hombre pero posible para Dios. Cristo quiere entrar hoy a tu vida si le abres tu corazón (Romanos 10:8-13). Y por la gracia de Dios que Cristo sea en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Podemos confiar en Jesús

Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto. Jeremías 17:7-8 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Solamente cuando estamos en Cristo, podemos entender estas escrituras y tomar la decisión de rendirnos plenamente a la Palabra de Dios. El Profeta Jeremías nos habla de que lo opuesto a confiar en Dios es querer confiar en el hombre, pero nuestro Señor nos dice: maldito el hombre que en el hombre confía y hace de la carne su fortaleza, y del Señor se aparta su corazón. Será como arbusto sin raíces en el desierto y como alguien que no verá el bien cuando venga, y por lo tanto habitará en pedregales, en tierra seca, sin habitantes (Jeremías 17:5-6). Tristemente muchos de nosotros antes de conocer a Jesús y declararlo nuestro Señor y Salvador, vivíamos confiando en el hombre, en las circunstancias y hasta en nuestro propio criterio y todo esto nos llevó a destrucción y a todo tipo de bancarrota y no fue hasta que nos arrepentimos y empezamos a leer la Biblia como la Palabra de Dios en la que teníamos que confiar, que toda nuestra vida empezó a cambiar y empezamos a obtener las primeras victorias después de tantos años de fracasos. *Muchos libros en las Sagradas Escrituras nos hablan de este tema, que nuestra confianza tiene que estar puesta exclusivamente en Jesús, pues Él es el único que nos puede dar la victoria aun cuando estemos atravesando el más árido desierto. Todos necesitamos un día arrepentirnos, pedirle perdón a Jesús e invitarlo a nuestro corazón y declararlo nuestro Dios (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Jesús conoce nuestras necesidades

No traten de amontonar riquezas aquí en la tierra. Esas cosas se echan a perder o son destruidas por la polilla. Además, los ladrones pueden entrar y robarlas. Es mejor que amontonen riquezas en el cielo. Allí nada se echa a perder ni la polilla lo destruye. Tampoco los ladrones pueden entrar y robar. Recuerden que la verdadera riqueza consiste en obedecerme de todo corazón.
Mateo 6:19-21 (TLA)

Cambiador del Mundo: En estos versículos el propio Jesús es el que nos exhorta a poner nuestra mirada y tesoros en los cielos, pues eso hará que también nuestro corazón esté más preocupado por buscar de Dios que las riquezas temporales que ofrece este mundo. Nuestros ojos son la lámpara de nuestro cuerpo y si estamos sanos de nuestra vista hablando espiritualmente, también nuestra vida estará llena de la luz del evangelio. Pero si nuestros ojos espirituales están mal enfocados, nuestra vida y búsqueda de Cristo también tendrá muchos problemas porque nuestro caminar lo haremos en oscuridad y esa no es la voluntad de Dios, Él quiere que lo pongamos a Él en primer lugar siempre (Mateo 6:33). Nadie puede servir a dos señores porque aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. Pero nunca podremos servir a Dios y a las riquezas. Por eso Jesús nos dijo que no nos preocupemos por nuestra vida, qué comeremos o beberemos o qué vestiremos, porque nuestra vida es más importante para Dios que el alimento y nuestro cuerpo más importante que la ropa. *Así que por nada estemos ansiosos porque nadie puede añadir un cabello a su cabeza o un centímetro a su estatura. Si Dios vistió los campos que mañana se echarán al horno, cuánto más se preocupará y dará provisión, con todos nosotros Sus hijos, cuando caminamos en fe a Él y a Su Palabra (Mateo 6:22-34). Hoy es un buen día para que entregues tu vida a Dios si aún no lo has hecho (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

No hay mañana sin Cristo

Oíd ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Solo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Más bien, debierais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Santiago 4:13-15 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Cuando una persona nace de nuevo como cristiano, y empieza a leer la Biblia, muchas cosas se revelan a su corazón que antes ni siquiera imaginaba, y una de ellas es precisamente la fragilidad de nuestra vida, porque los que estamos en Cristo, sabemos que nuestro día es hoy para arreglar cuentas con Dios primeramente, para arreglar cuentas con nuestro prójimo, y para enderezar las sendas por las que hemos transitado y podamos entrar a los caminos de santidad que Dios prometió a los que le aman (Isaías 35:1-8). El cristianismo no lo debemos confundir con una religión, porque no lo es, sino que debemos considerarlo el tener una simple y sincera devoción y relación con Dios y por supuesto con Jesús (Lucas 9:23-26). Sin la Biblia en nuestra vida simplemente nunca podremos caminar en el propósito eterno para el que fuimos creados y tampoco podremos gozar de frutos apacibles de justicia, si no estamos rendidos a la voluntad de nuestro Creador. *Todos los que hoy caminamos con Cristo negándonos a nosotros mismos, estamos disfrutando primeramente del amor eterno de Dios, estamos también disfrutando de vivir en Sus brazos recostados en Sus promesas y descansando en Su santidad y por eso la gente que nos conoce puede ver a Cristo en nuestra vida y declarar que somos diferentes a la gran mayoría de personas que conocen, porque esa diferencia es Cristo en nosotros. Abre hoy tu corazón a Dios y no retardes ni un día más venir a Jesús (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10,57). Aleluya.