Dios nos hace aptos para Su Reino

Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,  os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Hebreos 13:20-21 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: En los versículos de hoy, se nos enseña que Dios Padre es el que nos hace aptos en toda buena obra para que podamos obedecer Su voluntad. El pone en nosotros la vida resucitada de nuestro Señor Jesucristo y su Espíritu Santo, porque de esa manera el Espíritu de Dios empieza a hacer el trabajo de santidad en cada cristiano que ha nacido de nuevo.
El Apóstol Pablo en su carta a los Romanos nos da la enseñanza de que ahora los que vivimos en Cristo y para Cristo estamos dependiendo totalmente de Su gracia, amor y misericordia.
Pablo nos enseña en esta carta que la Ley de Dios es espiritual pero todos los seres humanos somos carnales y con una naturaleza vendida al pecado, por causa del pecado en el huerto. Así que aun queriendo obedecer la Ley Pablo aclaró que no hacía lo que quería, sino que lo que aborrecía, eso precisamente hacía. Así que la Ley siendo buena lo condenaba por causa del pecado que vivía en él y reconociendo además que en su carne no moraba el bien porque el querer hacer el bien estaba en él pero no el hacerlo y estaba esclavo a hacer lo que no quería y no poder hacer lo que quería que era precisamente la voluntad de Dios.
*Reconoció que el único que lo pudo librar de ese cuerpo de muerte al igual que a nosotros es Jesucristo, así que hoy es el día también para nosotros de que Dios haga esa misma obra en nuestra vida (Romanos 7:14-25, 10:8-13).
Cristo en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que por gracia cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Para siempre, oh Señor, tu palabra está firme en los cielos

Para siempre, oh Señor, tu palabra está firme en los cielos. Tu fidelidad permanece por todas las generaciones; tú estableciste la tierra, y ella permanece.

Salmos 119:89-90 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Tenemos que saber que a pesar de la locura en la que está viviendo este mundo, Dios está firme en Su trono al igual que Su Palabra la Biblia (Salmos 11:4). No importa lo que esté sucediendo y que la gente piense que no hay Dios, cuando termine nuestra vida aquí en la tierra, todos nos presentaremos ante el tribunal de Cristo, para dar cuenta de nuestros hechos estando en el cuerpo de todo lo que hicimos sea bueno o sea malo (2 Corintios 5:10). Es indudable que cuando una persona vive sin el Señor Jesucristo en su corazón, ella empieza a buscar salidas a sus problemas o planes para sus propósitos, pero tarde o temprano se dará cuenta que nada puede hacer sin Dios, por cuanto Él es el único camino, la única verdad y la vida, y nadie podrá regresar al Padre si no es a través de Él (Juan 14:6). El Apóstol Pablo nos exhorta en su carta a los Corintios que nos limpiemos de toda inmundicia (pecado) de la carne y del espíritu, y que perfeccionemos la santidad en el temor de Dios (2 Corintios 7:1). Solamente arrepintiéndonos y confesándole nuestros pecados a Jesús podemos ser perdonados y limpios de todo pecado, ya que por Su sangre hemos sido lavados y comprados y por Su resurrección de los muertos, nosotros ahora sabemos que tendremos vida eterna, porque El dio Su vida para que todo aquel que crea en Su Nombre, sea salvo (Romanos 10:8-13). A cada uno le llegará su momento de tomar una decisión y va a ser de mucha bendición que podamos recibir a Cristo como nuestro Salvador, porque no sabemos si va a ser el último día para nosotros en el que Dios nos extienda Su misericordia. Por lo tanto no nos conformemos a este mundo, sino transformémonos mediante la renovación de nuestra mente, para que sepamos cual es la voluntad de Dios, y nuestra vida sea aceptable delante de Él, vamos a cambiar el mundo (Romanos 12:1-2). Aleluya.

De todo mal camino he refrenado mis pies, para guardar tu palabra

De todo mal camino he refrenado mis pies, para guardar tu palabra. No me he desviado de tus ordenanzas, porque tú me has enseñado.

Salmos 119:101-102 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El Apóstol Pablo tomó a un joven llamado Timoteo y lo instruyó como lo haría un padre a un hijo, mostrándole el verdadero camino a la santidad que es Cristo, y dándole él mismo un testimonio a este joven que finalmente se convirtió en el Pastor de la Iglesia de Éfeso. Pablo le dijo a Timoteo que como hijo se esforzara en la gracia que es en Cristo Jesús, y que todo lo que había oído, esto enseñara a hombres fieles y para que también fueran a enseñar a otros. Que no se detuviera aunque estuviera pasando por diversas pruebas sino que se comportara como un buen soldado de Jesucristo. Que Timoteo le diera prioridad a su trabajo ministerial y no se enredara en los negocios de la vida, a fin de agradar a Dios que lo tomó por soldado. Que peleara la buena batalla y que permaneciera en la lucha como un atleta para que pudiera ser coronado legítimamente y que nunca dejara de ser como el labrador que trabaja la tierra porque después el comería de los frutos. Pablo quería, que Dios llenara a este joven discípulo de todo entendimiento y que recordara siempre que nuestro Señor Jesucristo pasó todo tipo de penalidades incluyendo la muerte, pero Dios lo resucitó de los muertos (2 Timoteo 2:1-8 ). Cuando un cristiano quiere servir al pueblo de Dios y caminar como un discípulo que va predicando a toda persona con la que tenga un encuentro, también debe de entender que va a pasar por estas mismas circunstancias, pero también el Espíritu Santo vendrá en su ayuda y podrá vivir confiado, de que Dios también lo guardará y fortalecerá, porque Él es el mismo ayer, hoy y siempre. Así que también nosotros guardemos la Palabra de Dios y perseveremos en todo lo que hemos aprendido, caminando en excelencia para cambiar el mundo. Aleluya.

¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca.

¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca. De tus preceptos recibo entendimiento, por tanto aborrezco todo camino de mentira.

Salmos 119:103-104 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Más dulce que la miel son a nuestro paladar las Palabras de Dios, para un cristiano nacido de nuevo y Sus mandamientos son lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Salmos 119:105). A partir del día que conocimos a Jesús, creímos en Su Nombre y le confesamos todos nuestros pecados, declarándolo como nuestro Rey y Salvador, vino nuestra conversión a Cristo y muchos ese día en lo natural ni siquiera lo pudimos entender, pero Dios tomó control absoluto de nuestra vida en ese mismo instante y hoy los que hemos caminado por algunos años en Cristo, vemos como día a día Él fue quitando y poniendo, lavando y limpiando, derrumbando y restaurando, muchas cosas que en nosotros necesitábamos la mano de Dios, porque en nuestra propia fuerza todo lo que habíamos hecho, solo trajo destrucción y separación de familia, amistades pero sobre todo estábamos separados de nuestro Creador. Nadie debe de olvidar la experiencia de recibir a Jesús en nuestro corazón, ese primer amor que surge y que nunca debemos de abandonar y si alguien ha abandonado ese primer amor, hoy es necesario que regrese (Apocalipsis 2:4-5), pidiéndole perdón a Dios y que El vuelva por Su gracia a llenarnos de ese fuego del Espíritu Santo con el que caminábamos al principio el día que nos rendimos a Dios. Dios quiere nuestra excelencia y no nuestra apariencia porque en ella hay falsedad. También Él quiere un verdadero cristianismo y no un creyente de domingo, no debemos de ponernos ninguna máscara delante de nuestro Creador porque Él nos conoce íntimamente. Por lo tanto en Cristo Jesús, todo lo podemos y la fe en Su Nombre nos ha llenado de esperanza, porque El mismo ha venido a vivir a nuestros corazones y nunca nos abandonará. Así que podemos vivir confiados que terminaremos la carrera con un testimonio de haber predicado el Evangelio y haber cambiado el mundo. (Romanos capítulo 8, Mateo 28:19-20). Aleluya.

Descansando en el propósito de Dios

Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Romanos 8:28 (LBLA)

 

Cambiador del Mundo: Amar a Dios es el fruto de haber sido escogidos por El para seguirlo, tomar nuestra cruz y negarnos a nosotros mismos, porque esa fue la invitación del Hijo de Dios a todos aquellos que se sentaban a escuchar Sus palabras. Nuestra vida sin conocer a Jesús podemos identificarla por los terribles frutos y destrucción que dejó el pecado en nuestro pasado pero que ahora si amamos a Cristo todo obra para bien, dando a entender que lo que antes fue una aflicción, Dios lo usará para madurarnos y para que de un fruto bueno de bendición, tal y como lo menciona el versículo de hoy de este devocional. También es necesario saber que somos hechura de Dios creados en Cristo para realizar buenas obras las cuales Dios había preparado de ante mano para que anduviésemos en ellas, pero por causa del pecado desde Adán y Eva, ningún ser humano salvo Cristo, puede ni podrá hacer la voluntad de Dios sin la gracia y la fe que ahora recibimos por el sacrificio del Hijo de Dios en la cruz. *Cuando nacemos de nuevo como cristianos, empezamos a conocer el verdadero propósito por el cual fuimos creados y a obedecer la voluntad de Dios que produce santidad y una vida sin mancha en nosotros, porque para eso fuimos predestinados y llamados para ser adoptados hijos de Dios por medio de la fe en Jesús. Descansar en el propósito de Dios es venir a Jesús y aprender de El a ser mansos y humildes de corazón, pues ese regalo viene incluido en una persona que se convierte en siervo de Dios (Efesios capítulos 1 y 2, Mateo 11:28-29). Hoy es el día de recibir a Jesús como nuestro Salvador (Romanos 10:8-13). Que la gracia de Dios nos permita disfrutar que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Disfrutando del amor de Jesús

En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

1 Juan 3:16 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El amor de Jesús por nosotros es un amor ágape que significa el que da todo a cambio de nada, con el propósito de perdonarnos, salvarnos y recibir vida eterna. Antes de Su crucifixión Jesús estuvo hablando mucho del amor y explicándole a Sus discípulos que les daba un mandamiento nuevo: que todos nos amemos unos a otros como Cristo nos ha amado, es decir con un amor ágape. El mundo conocerá que somos discípulos de Jesús si tenemos amor los unos por los otros (Juan 13:34-35). La promesa que también dio el Señor antes de ir a la cruz, fue que no nos dejaría huérfanos y que vendría a nosotros (Juan 14:18). Jesús también explicó que era importante guardar Sus mandamientos porque eso manifestaría nuestro amor hacia Él y si nosotros le amamos a Él, entonces seremos amados por Dios Padre y desde luego por nuestro Señor Jesucristo (Juan 14:21). Uno de Sus discípulos le preguntó a Jesús, cómo es que se manifestaría a ellos y no al mundo? y Jesús le dijo: El que me ama, mi Palabra guardará y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada con él, el que no me ama no guarda mis Palabras y la Palabra que habéis oído no es mía sino del Padre que me envió (Juan 14:22-24). *Como podemos ver el amor de Dios por nosotros y la respuesta de nosotros de amarlo a Él, será el verdadero desafío de una persona que quiera disfrutar la presencia y la eternidad con Dios. Hoy es el día de preguntarnos cuánto amamos a Dios y si estamos dispuestos a negarnos a nosotros mismos para seguirle a Él (Romanos 10:8-13). Y que por la gracia de Dios, Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57) Aleluya.

Mi Padre eres tú, mi Dios y la roca de mi salvación

Con él estarán mi fidelidad y mi misericordia, y en mi nombre será exaltado su poder. Pondré también su mano sobre el mar, y su diestra sobre los ríos. El clamará a mí: Mi Padre eres tú, mi Dios y la roca de mi salvación. Yo también lo haré mi primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra.

Salmos 89:24-27 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Esta promesa mesiánica anunciaba la llegada a la tierra de nuestro Señor Jesucristo como el primogénito Hijo de Dios y lo declaraba el mas excelso de los reyes de la tierra. Para siempre Dios le conservaría Su misericordia y Su pacto sería firme con El y todos los que en El creyeren y se arrepintieran tendrían la promesa eterna de salvación. Nuestro Señor Jesucristo es declarado por Dios y Su Espíritu Santo como el único Camino, Verdad y Vida que nos reconcilian con el Padre y que nos permite regresar a todo el propósito para el cual fuimos creados sin importar cuán pecadores habríamos sido porque en Jesús hay perdón, salvación y vida eterna.

Cuando el hombre decidió en el huerto pecar rechazando la voluntad del Señor, también Dios proveyó la restauración por causa de esa caída y estaba precisamente en creer en la vida, muerte y resurrección de Su Hijo Jesucristo. No importa cuan lejos se pueda sentir una persona de tener una nueva oportunidad en esta vida para vivirla guardado por la misericordia y el amor de Jesús, porque precisamente para eso vino Cristo, para ser nuestra única esperanza de gloria, para que El viviera en nosotros y nosotros cediéramos nuestro lugar a Su misericordia y paciencia para estar juntamente crucificados con Cristo y ya no vivir para nosotros mismos sino permitirle que ahora El viva en nosotros y decida por nosotros (Colosenses 1:26-27, Gálatas 2:20).

Porque así como por la desobediencia de un hombre el primer Adán todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, todos aquellos que se arrepientan y crean en Jesús serán constituidos justos, es decir justificados por la fe en la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Hoy es el día de salvación ( Hebreos capítulos 3 y 4). Aleluya.

Señor, tú has sido un refugio para nosotros de generación en generación

Señor, tú has sido un refugio para nosotros de generación en generación. Antes que los montes fueran engendrados, y nacieran la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios. Haces que el hombre vuelva a ser polvo, y dices: Volved, hijos de los hombres.

Salmos 90:1-3 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Esta oración que se le atribuye a Moisés que fue declarado el hombre mas manso de la tierra, tiene que ser también para nosotros una declaración de fe y de agradecimiento a Dios porque El ha sido nuestro refugio y nuestra fortaleza aun en los tiempos de angustia y de prueba para todos aquellos que nos hemos rendido plenamente a nuestro Señor Jesucristo. Cuando nos entregamos a Jesús ciertamente muchos de nosotros llegamos en una condición de quebranto y con una vida sin salida porque muchos habíamos intentado buscar en el mundo la respuesta que solamente podemos recibir de los cielos. Y a pesar de muchas lágrimas seguíamos resistiéndonos a los brazos de un padre amoroso que desde los cielos extendía día con día Su misericordia, hasta que por Su gracia fuimos rescatados de nuestra triste vida sin Dios (Mateo 11:28-30, 1 Pedro 1:18-19).

Gracias por los siervos que han dedicado sus años a predicar la Palabra buscando que muchos se salven, todos estos un día se convirtieron en cristianos nacidos de nuevo y decidieron darle la espalda al mundo y a sus falsas promesas, para enfocarse en los que la Santa Biblia habla acerca de nuestro perdón y salvación eterna. La gran labor de los Pastores, Maestros, Evangelistas y Profetas (Efesios 4:11-15) todos aquellos que están sirviendo genuinamente sin buscar lo suyo y reconociendo que los aplausos y la corona le serán dados en los cielos, están derramando sus vidas obedeciendo el mandato de Jesús de ir a todas las naciones a hacer discípulos y a bautizarlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, creyendo en la gran recompensa que recibirán todos aquellos que hagan volver a una persona hacia el propósito para el cual Dios la creó. Las puertas de los cielos están abiertas para aquellos que se arrepientan de corazón y proclamen a Jesús como su Salvador. Aleluya.

Las bendiciones en Jesús

Toda buena dádiva y todo don perfecto vienen de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación. Santiago 1:17 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Cuando nosotros nos entregamos a Jesús y nuestra vida empieza a cambiar y sanar de una manera radical, no debemos en ningún momento pensar que todo esto está sucediendo porque lo merecemos, ya que no es así, sino que cuando Dios abre las ventanas de los cielos sobre su iglesia, solamente es por Su gracia y misericordia sobre todos aquellos que se han rendido a Él. Hay muchas historias en los evangelios donde tristemente la gente buscaba a Jesús solo por los milagros y sanidades que El hacía o por las comidas que ofrecía, pero eran muy pocos aquellos que lo buscaron por quién Él era, ya que nunca entendieron que era el Hijo de Dios y el Cristo. Y la gran mayoría de ellos nunca regresaron a darle gracias. En este tiempo que nos ha tocado vivir, una de las mayores pruebas de un verdadero hijo de Dios va a ser que cuando reciba las bendiciones del Altísimo y la respuesta a muchas de sus necesidades y peticiones, que todavía permanezca fiel a Dios y dándole gracias por Su amor y cuidado inmerecido que está derramando sobre su vida. *No corramos el riesgo de dejar de dar gracias en todo y por todo como el Apóstol Pablo enseño en su carta a los de Tesalónica y además permanezcamos humildes después de que Dios nos sobreabunde en Su gracia y bendiciones derramando nuestra vida también en otras personas que estén en la misma necesidad y problemas que teníamos antes de venir a Cristo, porque esto agrada a Dios (1 Tesalonicenses 5:18). Y por la gracia de Dios que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya. *Promesa.

Dios es escudo a Sus hijos

Combate, oh Señor, a los que me combaten; ataca a los que me atacan. Echa mano del broquel y del escudo, y levántate en mi ayuda. Salmos 35:1-2 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El Rey David es el que escribe este Salmo y declara la bendición de caminar protegidos por la mano de Dios. Este Rey que desde joven fue nombrado y al que Dios señaló con un corazón semejante al Suyo, escribe que el Señor pelea las batallas por Sus hijos, El defiende nuestra vida contra nuestros perseguidores porque Él es nuestra salvación. *Por lo tanto serán avergonzados todos nuestros enemigos y confundidos los que buscan hacernos tropezar, porque Dios los echará para atrás y los avergonzará en todo mal que intenten sobre nosotros. El inicuo será como hierba seca llevada por el viento sin rumbo fijo, pero el único camino para los siervos de Dios es nuestro Señor Jesucristo. Los enemigos de los cristianos andarán en camino tenebroso y resbaladizo porque su corazón está inclinado a tender trampa y hacer hoyos para provocar la caída de un cristiano nacido de nuevo. Pero todos aquellos que estamos rendidos a Cristo y que hemos puesto nuestra vida en Sus manos, viviremos alegres y con gratitud y nos regocijaremos por nuestra salvación y cantaremos: ¡oh Dios quién como Tú! Vivamos confiados de que el Dios de Israel libra al afligido de aquel que lo persigue y al pobre y menesteroso del que le despoja. Los que caminamos de la mano de Dios, estamos seguros de cuál será nuestro destino eterno. Por lo que no permitiremos que la amargura o la preocupación tenga parte ni suerte en nuestro corazón. Bendigamos aun a aquellos que buscan afligirnos porque ese es el corazón que Dios quiere que tengamos como verdaderos cristianos. (Leer Salmos 35). Hoy es el día de que rindas tu vida a Cristo si aún no lo has hecho (Romanos 10:8-13). Y que, por la gracia de Dios, Cristo sea en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.