Las bendiciones en Jesús

Toda buena dádiva y todo don perfecto vienen de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación. Santiago 1:17 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Cuando nosotros nos entregamos a Jesús y nuestra vida empieza a cambiar y sanar de una manera radical, no debemos en ningún momento pensar que todo esto está sucediendo porque lo merecemos, ya que no es así, sino que cuando Dios abre las ventanas de los cielos sobre su iglesia, solamente es por Su gracia y misericordia sobre todos aquellos que se han rendido a Él. Hay muchas historias en los evangelios donde tristemente la gente buscaba a Jesús solo por los milagros y sanidades que El hacía o por las comidas que ofrecía, pero eran muy pocos aquellos que lo buscaron por quién Él era, ya que nunca entendieron que era el Hijo de Dios y el Cristo. Y la gran mayoría de ellos nunca regresaron a darle gracias. En este tiempo que nos ha tocado vivir, una de las mayores pruebas de un verdadero hijo de Dios va a ser que cuando reciba las bendiciones del Altísimo y la respuesta a muchas de sus necesidades y peticiones, que todavía permanezca fiel a Dios y dándole gracias por Su amor y cuidado inmerecido que está derramando sobre su vida. *No corramos el riesgo de dejar de dar gracias en todo y por todo como el Apóstol Pablo enseño en su carta a los de Tesalónica y además permanezcamos humildes después de que Dios nos sobreabunde en Su gracia y bendiciones derramando nuestra vida también en otras personas que estén en la misma necesidad y problemas que teníamos antes de venir a Cristo, porque esto agrada a Dios (1 Tesalonicenses 5:18). Y por la gracia de Dios que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya. *Promesa.

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