Cristo en mí y no yo

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Hoy nos debe de quedar muy claro qué es lo que significa el término “cristiano” y es nada menos que una persona que con Cristo está juntamente crucificada y ya no vive más, sino que ahora solo Cristo vive en ella, y la fe del hijo de Dios es la que le acompaña hasta el último día de su caminar aquí en la tierra. Un cristiano le ha cedido el lugar de su vida a Jesús, y ahora le permite ser el que lo guíe, aconseje, gobierne, instruya, y todo los que necesite esa persona ahora dependerá de su relación e intimidad con Jesús y obviamente si esta persona está entregada a Cristo, fluirán ríos de agua viva sobre su vida y el amor, la gracia y misericordia de Jesús en él. *Debemos imaginarnos a un conductor de un vehículo que decide no manejar más y cederle a un experto el control del volante, y así venimos a ser cuando le damos a Jesús el pleno dominio y autoridad para dirigir cada paso de nuestra vida. El podrá llevarnos hasta el final de nuestro viaje que no será nada menos que el cielo y la eternidad con El y con nuestro Padre Celestial, pero el precio será morir a sí mismos, a nuestro Yo y a nuestras ideas carnales que tanta destrucción trajeron antes de convertirnos (Colosenses capítulo 1). Hoy es tu día de entregarle a Dios el volante de tu vida si aún no lo has hecho (Romanos 10:8-13). Que la misericordia y la gracia de Dios nos permita que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria para predicar al mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

La fe en Dios es creer sin mirar

Porque por fe andamos, no por vista.
2 Corintios 5:7 (RVR1960)

Cambiador del mundo: Abraham es la persona con mayor fe del cual relata la Biblia que caminó sin nunca mirar atrás, ni dudar de todo el consejo que día a día escuchaba de Dios. Dios le mandó a salir de su tierra, parentela y de la casa de su padre, para irse a un lugar que todavía no tenía ni el nombre, pero sin embargo él creyó, obedeció y salió. Abraham con toda seguridad al ser un hombre de edad avanzada estaba cómodamente establecido en las tierras de su padre, y él las heredaría sin lugar a dudas, pero prefirió salir sin mirar y obedecer a su Creador. Salió Abraham como Dios le había dicho e inmediatamente después tuvo que cruzar por una hambruna en la tierra que lo obligó a descender a Egipto arriesgando su vida, la de su esposa y la de su tribu y Dios le dio también la victoria durante ese tiempo de necesidad. *Nosotros los cristianos que hemos nacido de nuevo, vamos a ser exigidos por Dios a que tengamos esa misma fe y podemos estar seguros que a cada quien le pedirá algo diferente para dejar atrás, y empezar a confiar en las promesas de Dios para que pueda llevarnos a la tierra prometida que Él ha preparado para nosotros. Ahora bien es muy importante que en este día nos detengamos y nos preguntemos ¿qué tanto hemos entendido acerca de la eternidad que realmente es nuestro destino final? Nosotros no estamos caminando solamente por las necesidades y promesas que Dios nos da para vivir en este mundo: comida, habitación y vestimenta, sino que estamos peleando día a día una batalla para estar en nuestra morada celestial cuando lleguemos a la eternidad con Cristo. Esa fe tiene que ser la que hoy sea el fundamento de nuestro caminar cristiano y hoy es el día si aún no has creído en Jesús de venir a Él. (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

El amor al prójimo una prioridad

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:34-35 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: El fundamento de un cristiano nacido de nuevo, tiene que ser el amor de Dios en su vida, porque esto representa la misma vida de Cristo habitando en él y eso provocará el infinito potencial de amar no solamente a Dios sobre todas las cosas, sino también a nuestro prójimo al cual Dios nos manda aun a dar la vida por él (Juan 15:13). En los últimos días antes de ir a la cruz Jesús nos exhortó a amar por encima de las dificultades y las circunstancias y a que nada ni nadie nos desviara de este propósito, porque nosotros podemos estar seguros que la medida principal con la que vamos a ser evaluados delante del tribunal de Cristo, será cuánto amamos y derramamos nuestra vida por el prójimo (2 Corintios 5:10). Sabemos que conocemos a Jesús si obedecemos Sus mandamientos. El que dice yo le conozco y no los guarda el tal es mentiroso y la verdad no está en él. *Pero el que guarda Su Palabra en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado y por esa causa sabemos que estamos viviendo en Cristo, porque el amor de El en nosotros es Su sello (1 Juan 2:3-5). El amor de Dios todo lo sufre, soporta, cree, espera, ama la justicia, no busca lo suyo, no se irrita, no es rencoroso, nunca deja de ser. Y junto a este amor tengamos la fe de Dios en nosotros, la esperanza y sobre todo cuidemos que Su amor florezca en nuestras vidas (1 Corintios 13:1-7, 13). Hoy es tu día de entregarte a Dios y amar a tu prójimo (Romanos 10:8-13). Aleluya. Que Cristo nos ayude y sea nuestra esperanza de gloria para alcanzar la victoria de ser verdaderos hijos de Dios (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Nacidos de nuevo en Cristo

Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.
Juan 3:3 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Nuestro Señor Jesucristo nos enseña en esta escritura que es necesario nacer de nuevo para considerarnos verdaderos cristianos e hijos de Dios. El que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar al Reino de Dios dice el Señor. En esta escritura Jesús señala nacer del agua y nacer del Espíritu las llaves que nos dan entrada al Reino de Su Padre y eso lo hemos entendido como haber sido bautizados (sumergidos) en las aguas y el haber sido bautizados en el poder (dunamis) del Espíritu Santo como sucedió nuestro Señor cuando fue bautizado por Juan el Bautista (Juan 3:5). En el evangelio de Mateo, Juan el Bautista nos habla de que el bautizaba en agua para arrepentimiento pero Jesús que venía detrás de él, El bautizaría en Espíritu Santo y fuego, pudiendo entender con esto que El pondría todos los dones del Espíritu en nosotros y el poder de Dios por medio de Su fuego consumidor, algo muy especial que solo puede recibir una persona que se ha entregado plenamente por medio de la fe a Cristo (Mateo 3:11). Así como aconteció en el libro de los Hechos, el día que se derramó el Espíritu en Pentecostés, eso mismo tiene que estar sucediendo hoy entre nosotros como Iglesia cristiana (Hechos capítulos 1 y 2). *Por lo tanto nosotros como hijos de Dios y cristianos nacidos de nuevo, doblemos nuestras rodillas hasta que el fuego del Espíritu Santo sea derramado en nuestra vida y podamos traspasarlo a otros cristianos que tengan hambre y sed del Espíritu Santo. Solamente el fuego del Espíritu Santo en la tierra, podrá sanar tanta violencia y desgracias que están aconteciendo. Cristo en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Pongamos sobre Dios nuestras cargas

Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido. Salmos 55:22 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El mejor testimonio de una vida llena de conflictos es el Rey David. Eso provocaba que a cada instante le clamara a Dios en oración pidiéndole que escuchara su súplica y que le respondiera. Durante los años que fue perseguido David, él sentía la opresión del enemigo, de todos los impíos que actuaban buscando su vida para matarlo. Declaraba que su corazón estaba adolorido y que lo asechaban terrores de muerte, deseando desaparecer de ese lugar para poder descansar. Muchos de nosotros cuando venimos a Cristo teníamos batallas similares a las de David y empiezan con nuestra misma familia y parentela como lo dice el Evangelio de Mateo que señala que el padre estará en contra de su hijo, la hija contra su madre, la nuera contra su suegra y los enemigos del hombre serán los de su casa (Mateo 10:34-39). En lo natural nunca vamos a poder entender esto ni mucho menos razonarlo pero la respuesta es que nosotros los convertidos a Cristo, hemos salido de un reino de tinieblas y nuestra familia y parentela permanecen ahí y por lo tanto no pueden entender lo que ha sucedido con nosotros. Esta es una de las mayores cargas que provoca que muchos cristianos sean tibios en su relación con Dios o terminen finalmente apartados y es por causa del chantaje al que son sometidos durante largo tiempo cuando las personas se enteran que son cristianos nacidos de nuevo. *Si nosotros ponemos en primer lugar a Dios y le entregamos nuestra carga y angustia, Él siempre nos guardará y sostendrá en nuestra fe, porque Jesús nos ama y El pagó con Su vida nuestro rescate (Mateo 19:29). Hoy es el día de entregarte a Jesús si aún no lo has hecho y permitir que Cristo sea tu esperanza de gloria y tu victoria que cambia el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

La fe de acuerdo a la Biblia

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
1 Juan 5:4 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Hay muchas personas a las que Dios galardonó por tener una fe inquebrantable y entre ellos están Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, y todos estos vivieron y cumplieron su llamado sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos y creyéndolo y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra (Hebreos capítulo 11). También la Biblia nos enseña que ahora nosotros los cristianos nacidos de nuevo, teniendo en derredor nuestro muchos testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puesto los ojos en Jesús el autor y consumador de la fe (Hebreos 12:1-2). Pedro el Apóstol nos advierte que los que venimos a Dios pasaremos la prueba de nuestra fe así como el oro se prueba con fuego también nuestra fe debe salir victoriosa, que le de gloria y honra a nuestro Señor Jesucristo a quien amamos sin haberle visto (1 Pedro 1:6-8 ). *Por eso siempre daremos el consejo de leer las Escrituras porque aunque nuestros problemas sean grandes, nuestro Señor Jesucristo es más grande que todos nuestros problemas, si creemos en Su Nombre. La Biblia no tiene fecha de caducidad, estará vigente por siempre porque es la palabra, es el verbo y es Cristo mismo. Por lo tanto es necesario que hoy te detengas de vivir en tu propia fuerza e invites a Jesús a tu corazón para que sea tu Rey y Señor y también tu disfrutes de caminar guardado bajo el poder de Dios y cubierto con Su gloria (Romanos 10:8-13). Que la gracia de Dios permita que Jesús sea siempre en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Viviendo día a día

Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.
Mateo 6:34 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El argumento más usado por muchos cristianos para tener el pretexto de no llegar a la iglesia, es que están trabajando y buscando provisión para su familia, pero no lo hacen a la manera en la que Dios nos habla en Su palabra cuando nos dice que busquemos primeramente el reino de Dios y Su justicia para que todas las demás cosas las podamos recibir por añadidura (Mateo 6:33). En el Evangelio de Mateo capítulo 6 el Señor nos da una extensa explicación del por qué no afanarnos en lo que comeremos, beberemos o vestiremos, porque de todo esto sabe perfectamente Dios que tenemos necesidad y El siempre estará pendiente de que tengamos lo suficiente en cada cosa. Ninguno puede servir a dos señores porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro, no podemos servir a Dios y a las riquezas. Podemos descansar en las promesas de Dios de que Él nos abastecerá en nuestro diario vivir y aun en nuestro diario vestir, porque nuestra vida vale mucho más que el alimento y el cuerpo más que el vestido. Miremos las aves del cielo que no siembran ni ciegan ni recogen en graneros y nuestro Padre Celestial las alimenta. Por último entendamos que nadie de nosotros que se afane podrá añadir a su estatura un codo. *Hoy es el día de escudriñar todas estas escrituras para poder salir de la atadura y nerviosismo que procura el dinero, puesto que como dijimos antes nuestra economía está administrada por Dios y nosotros solamente somos Sus mayordomos. Invitemos a Cristo a nuestro corazón como nuestro Rey y Salvador (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Escogidos para ser hijos de Dios

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.
Efesios 1:4-6 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Es una gran bendición el saber que Dios nuestro Padre Celestial nos bendijo y nos escogió en Cristo desde antes de la fundación del mundo y hoy los cristianos nacidos de nuevo podamos disfrutar de una vida nueva sin mancha ni arruga delante de nuestro Creador, Rey y Señor. Hasta que venimos a Jesús y lo declaramos nuestro Señor y Salvador, es que el velo que cubría nuestros ojos es quitado y gracias a eso, ahora podemos tener la Biblia como nuestro manual de vida y enterarnos que hemos sido adoptados como verdaderos hijos de Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo para la gloria y alabanza de Su gracia. El Apóstol Pablo en su carta a los Romanos, nos escribe de la revelación que tuvo cuando se convirtió al cristianismo de que ninguna condenación hay para los hijos de Dios, los que están en *Cristo Jesús, los que ya no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu, y esa ley del Espíritu de vida que tenemos en Cristo Jesús, nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Y ahora todos los que somos guiados por el Espíritu de Dios somos hijos de Dios, porque hemos recibido el Espíritu de adopción por el cual clamamos Abba Padre. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios y herederos con Cristo (Romanos capítulo 8 ). Hoy es el día de nuestra salvación. Si todavía no eres hijo de Dios hoy es el día para recibir a Jesús en tu corazón (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria que cambia el mundo (Colosenses 1:27). Aleluya.

 


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Fortaleciéndonos en oración y amor en familia

Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.

1 Pedro 4:7-8 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Dios estableció a un hombre que fue Adán y a una mujer que fue su esposa llamada Eva para formar la primera familia de la tierra y que de ahí vendría su descendencia, pero ellos pecaron y el modelo perfecto de la familia tristemente fracasó. Miles de años después vino nuestro Señor Jesucristo para que en El nuevamente tuviera el hombre el modelo del varón perfecto del que pueda tomar un ejemplo para formar una familia conforme al corazón de Dios. El Apóstol Pedro nos exhorta en estos versículos del día de hoy a que entendamos que estamos en los últimos tiempos y que el fin de todas las cosas se acerca, pero tendríamos que preguntarnos si nuestra relación con Dios y nuestra familia en el hogar están caminando unánimes en el propósito de recibir salvación y la vida eterna. El consejo es velar en oración y acompañar todo esto con un amor ágape que lo da todo a cambio de nada, porque este amor cubrirá multitud de pecados. *Nuestro altar familiar en nuestro hogar es responsabilidad del hombre y de su esposa, ya que a ellos se les entregó la comisión de tener y cuidar a su familia y por eso la urgencia es que siempre estén de acuerdo y unánimes en Cristo Señor nuestro. El hombre tiene que mostrar en él la vida de Jesús porque solo así su esposa lo respetará y sus hijos lo honrarán y todos ellos serán de gran ejemplo y testimonio para la familia de Dios que es su Iglesia. Hoy es el día de salvación, recibamos a Jesús en nuestro corazón (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

Tengamos un corazón sensible

Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
1 Pedro 3:8-9 (RVR1960)

Cambiador del Mundo: Empezar a hablar en bendición para nuestras vidas y para nuestro prójimo, podría considerarse uno de los más grandes desafíos que tendrá durante su caminar cristiano una persona que ha nacido de nuevo, porque para hablar de esta manera primero hay que amar y como dicen estos versículos, tiene que ser un amor (ágape) que lo da todo a cambio de nada, lleno de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo y pidiéndole que El mismo en nosotros nos permita alcanzar este testimonio porque necesitamos que la vida de Jesús sea formada en nosotros (Gálatas 4:19). No nos dejemos engañar por el enemigo de nuestras almas al hacernos pensar que en nuestra propia fuerza nosotros vamos a dejar de ser malos para convertirnos en buenos, porque eso nunca va a suceder y lo dijo bien claro el Apóstol Pablo en su carta a los Romanos la cual haremos muy bien en leer (Romanos 7:14 -25). *Dios quiere llevarnos cada vez más hacia Su propósito eterno pero necesitamos un corazón sensible, manso y humilde que no solamente quiera escuchar la voz de Dios sino también permitirle al Espíritu Santo obrar para ser obedientes a Su Palabra, ya que solamente por El Espíritu de Dios vamos nosotros a ser trasformados en esta vida hasta que Cristo sea nuestro Rey y Señor (Romanos capítulo 8 ). Si todavía no has alcanzado la bendición de ser un cristiano nacido de nuevo, hoy puedes declarar a Jesús como tu Señor y Salvador y recibirlo en tu corazón para que seas perdonado, salvado y recibas la promesa de la vida eterna (Romanos 10:8-13). Solo en Jesús hay salvación y por Su gracia Él es nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.