Pongamos sobre Dios nuestras cargas

Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido. Salmos 55:22 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El mejor testimonio de una vida llena de conflictos es el Rey David. Eso provocaba que a cada instante le clamara a Dios en oración pidiéndole que escuchara su súplica y que le respondiera. Durante los años que fue perseguido David, él sentía la opresión del enemigo, de todos los impíos que actuaban buscando su vida para matarlo. Declaraba que su corazón estaba adolorido y que lo asechaban terrores de muerte, deseando desaparecer de ese lugar para poder descansar. Muchos de nosotros cuando venimos a Cristo teníamos batallas similares a las de David y empiezan con nuestra misma familia y parentela como lo dice el Evangelio de Mateo que señala que el padre estará en contra de su hijo, la hija contra su madre, la nuera contra su suegra y los enemigos del hombre serán los de su casa (Mateo 10:34-39). En lo natural nunca vamos a poder entender esto ni mucho menos razonarlo pero la respuesta es que nosotros los convertidos a Cristo, hemos salido de un reino de tinieblas y nuestra familia y parentela permanecen ahí y por lo tanto no pueden entender lo que ha sucedido con nosotros. Esta es una de las mayores cargas que provoca que muchos cristianos sean tibios en su relación con Dios o terminen finalmente apartados y es por causa del chantaje al que son sometidos durante largo tiempo cuando las personas se enteran que son cristianos nacidos de nuevo. *Si nosotros ponemos en primer lugar a Dios y le entregamos nuestra carga y angustia, Él siempre nos guardará y sostendrá en nuestra fe, porque Jesús nos ama y El pagó con Su vida nuestro rescate (Mateo 19:29). Hoy es el día de entregarte a Jesús si aún no lo has hecho y permitir que Cristo sea tu esperanza de gloria y tu victoria que cambia el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

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