El justo es guía para su prójimo

El justo es guía para su prójimo, pero el camino de los impíos los extravía.
Proverbios 12:26 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Es muy fácil en este mundo caminar extraviado de la verdad que es nuestro Señor Jesucristo y Su Palabra la Santa Biblia. Todos los días hay una constante invitación a buscar riquezas fáciles, consejos torcidos, pensar en cómo ganar más trabajando menos y muchas otras ideas que al final nos llevan a la ruina y a una soledad espantosa de la que muchos de nosotros antes de Cristo podemos ser testigos. Por eso Dios permite en nuestras vidas algunas situaciones de quebranto, con tal de que nuestro corazón se ablande y podamos levantar nuestra mirada a los cielos, que por lo general es lo último que hace una persona cuando está totalmente abatida y aplastada por diversas circunstancias de aflicción en su vida. Dios tiene un plan para toda la humanidad y podemos asegurar que muchas veces toca a la puerta de un corazón abatido y no obtiene respuesta, pero si alguien abre esa puerta El entrará y sanará esa vida y traerá esperanza de perdón, salvación y vida eterna (Apocalipsis 3:20). Cuando una persona se entrega a Cristo y es justificado por la gracia, a partir de ese momento hay un intercambio y el corazón de piedra con el que llegamos al Señor, y el espíritu contaminado de pecado, Dios lo sustituye con un corazón y un espíritu nuevo y además deposita el Espíritu Santo en todo aquel que ha nacido de nuevo en Cristo Jesús (Ezequiel 36:26-27). Por lo tanto ya que nosotros ahora hemos sido justificados por nuestra fe y entrega a Jesús, seamos instrumentos de Dios para anunciar las buenas nuevas a nuestro prójimo, tal y como nos enseña el versículo de este Salmo, seamos personas justas que guían hacia Dios a su prójimo, porque además ese es nuestro llamado, predicar el evangelio para ganar muchas almas y bautizarlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19-20). Cristo en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que por gracia cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

 

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La casa del justo permanecerá

Los impíos son derribados y ya no existen, pero la casa de los justos permanecerá. El hombre será alabado conforme a su discernimiento, pero el perverso de corazón será despreciado.
Proverbios 12:7-8 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Solamente Dios y Su Palabra pueden sacarnos de la oscuridad y profundas tinieblas de este mundo que mantienen esclavizado al hombre bajo sus reglas y como consecuencia podemos revisar hoy los frutos de caminar sin Dios y son: matrimonios que se han divorciado, padres que abandonan el hogar, violencia doméstica, repudio hacia el matrimonio, y todos los falsos conceptos que la maldad de la humanidad sin Dios está tratando de inventar como opciones para que según ellos vivan felices. Pero han pasado prácticamente 6000 años y no vemos por ningún lado de la historia, algo que sin Dios haya tenido éxito y bendición verdadera y duradera, por el contrario vemos hijos huérfanos, mujeres repudiadas o en viudez, a causa de la severa destrucción familiar por todas las naciones. La Biblia dice que Cristo vino a dar vida en abundancia pero por supuesto hay que primero arrepentirse y confesarle todos los pecados e invitarlo como Rey y Señor a nuestra vida y corazón (Juan 10:10, Romanos 10:8-13). A todos estos que practican el pecado y viven en impiedad, Dios les está dando todavía la oportunidad de que vengan al arrepentimiento y que lo reciban a Él como su Salvador, para que sus familias tengan una nueva oportunidad de poder ver la mano amorosa de Dios (Juan 3:16). El hombre sabio es aquel que ha recibido a Jesús en su corazón y le ha entregado toda su vida para que el Hijo de Dios cumpla Su propósito eterno en él. Y por eso la Biblia menciona que la casa de los justos permanecerá para siempre, porque se edificó sobre la roca (Mateo 7:24-29). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su gracia nos ha sacado de las profundidades del pecado y nos ha abierto un camino de salvación y reconciliación con Dios Su Padre, para dar testimonio y cambiar el mundo (Juan 14:6, Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

El que labra su tierra tendrá pan

El justo se preocupa de la vida de su ganado, pero las entrañas de los impíos son crueles. Él que labra su tierra se saciará de pan, pero el que persigue lo vano carece de entendimiento. Proverbios 12:10-11 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Dios le dio al hombre desde Adán, la oportunidad de labrar la tierra, hacerla que produzca y satisfacer sus necesidades para siempre pero a causa del pecado se perdieron todas estas bendiciones y Adán y Eva fueron echados para siempre de la presencia de Dios y del huerto. Y a partir de ese momento ellos tuvieron que trabajar y ganarse la vida con el sudor de su frente, porque fuera de la voluntad de Dios empezaron a vivir totalmente en maldición. Ese nunca fue el deseo del Señor, y podemos leer las Escrituras desde Génesis capítulos del 1 al 4 donde claramente narra la triste historia de cómo el hombre abandonó y rechazó toda la provisión y sobre todo el amor eterno de Dios que había derramado desde el principio para ellos y su descendencia. 6000 años después al día de hoy, Dios sigue siendo el mismo y quiere que exista un pueblo que le alabe y le honre y por eso le ha dado ese llamado a la Iglesia, que somos todos aquellos que nos hemos arrepentido y hemos declarado a Jesús como nuestro Dios y Salvador. Y por supuesto que desde el día que venimos a Jesús, Dios empezó a cambiar todas nuestras tristezas en gozo, también empezó a reparar todas las fracturas espirituales que nos mantenían alejados de Él, empezando por nuestra incredulidad y un corazón de piedra que no abría la puerta a nuestro Creador. En Cristo Jesús, Dios nos ha hecho diligentes siervos Suyos y nos ha llenado de fe en El y en Su Palabra que ahora es nuestro manual de vida y nos guiamos todos los días de las Sagradas Escrituras para que desde nuestro despertar y anochecer, todo lo hagamos bajo el amor y la protección divina de nuestro Señor. Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10,57). Aleluya.

 

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La raíz de los justos da fruto

El impío codicia el botín de los malos, pero la raíz de los justos da fruto. En la transgresión de sus labios se enreda el malvado, pero el justo escapará del apuro. Proverbios 12:12-13 (LBLA)

 

Cambiador del Mundo:Sin Cristo gobernando en nuestras vidas, estamos propensos a caminar en la maldad que ofrece este mundo, codiciando las riquezas de los malos, hablando sin poder controlar nuestra lengua y dando muerte espiritual como lo enseña el libro de Santiago capítulo 3. Por eso la urgencia de que si todavía no somos cristianos nacidos de nuevo, hoy es el día para recibir a Jesús en nuestro corazón, confesándole todos nuestros pecados porque los tiempos son malos y ninguno de nosotros conoce el día y la hora en la que Jesús lo llamará a Su presencia, ya que todos nos presentaremos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos, mientras vivió en la tierra, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo, pero será mucho mejor que nos presentemos con una fe intachable que haya permitido haber sido fieles a Dios. Es indudable que cuando alguien se nos acerca para hablarnos de Jesús y nosotros todavía no lo conocemos a Él ni Su Palabra, nos vienen muchos pensamientos y confusión a causa de tanta idolatría junto con la seducción de este mundo, que sigue engañando a toda la humanidad, haciéndole creer que el sentido de la vida es disfrutar del momento, lo cual es una mentira porque nuestro paso por este mundo es temporal y muy corto, pero donde si vamos a estar para siempre es en la eternidad. Estaremos con Dios si fuimos Sus hijos amados o estaremos en un lago de fuego por la eternidad, si rechazamos la salvación que viene exclusivamente por Cristo (Apocalipsis capítulos 20, 21 y 22). Cristo en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que hemos recibido por Su gracia para cambiar el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

 

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El que habla bendición se saciará del bien

Por el fruto de su boca cada cual se saciará de bien, y las obras de las manos del hombre volverán a él.
Proverbios 12:14 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Cuando estamos llenos de Dios y de Su Palabra, entonces nuestra boca habla lo que edifica, bendice, trae sanidad, anima, trae esperanza, proclama vida y sobre todo anuncia las buenas nuevas del Evangelio, para que muchas almas se puedan salvar para la gloria de Dios. El Espíritu Santo en nosotros, nos dirige en cada paso, pensamiento y palabra que sale de nuestros labios, porque esa es la obra que Dios hace en todos aquellos que le aman porque le han rendido su vida. Cuando una persona es un cristiano nacido de nuevo, aun la obra de sus manos le otorga bendición, porque en él ya hay diligencia que significa hacer las cosas bien y a tiempo, dejando a un lado cualquier pretexto o justificación como las que usábamos antes de caminar con Cristo. Todos aquellos que nos hemos entregado al Señor, debemos comprometernos con nuestro Creador, no solamente de creer en Su Palabra, sino de alimentarnos de ella y ponerla por obra. Jesús predicó acerca de la boca pidiéndonos que tuviéramos cuidado de lo que sale de ella porque eso proviene de nuestro corazón y eso es lo que puede contaminar al hombre. Porque de nuestro corazón provienen los malos pensamientos, homicidios, adulterios, perversiones, robos, falsos testimonios y calumnias, y estas cosas son las que contaminan al hombre, todo lo que pronunciamos con nuestra boca (Mateo 15:18-20). Entendamos hoy que nuestro caminar cristiano, tiene que ser real dejando todo lo que queda atrás y extendiéndonos hacia adelante como una nueva persona en Cristo (Filipenses 3:13-16, 2 Corintios 5:17). Cristo en nosotros es nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que nos otorga la gracia para poder hablar palabras inspiradas por Dios que traigan vida en abundancia a todos aquellos que las escuchan. Vamos a cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

 

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El que escucha el consejo es sabio

El camino del necio es recto a sus propios ojos, más el que escucha consejos es sabio. El enojo del necio se conoce al instante, más el prudente oculta la deshonra.
Proverbios 12:15-16 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El que escucha el consejo de Dios, es un hombre sabio que hace bien en estar atento a la Palabra del Altísimo. Él ha encontrado el único camino y la única verdad y la vida que es nuestro Señor Jesucristo y por el cual podemos regresar a reconciliarnos con Dios Su Padre (Juan 14:6). Pero hay otro tipo de personas que se inclinan a caminar constantemente en necedad y al final recogen destrucción y muerte, porque conocen el buen consejo, pero ellos optan por caminar en rebelión, sobre todo a la Palabra de Dios. Cuando además de todo esto el necio se enoja, no puede ocultar ese estado de ánimo, por consiguiente no puede mantener relaciones sanas, porque está atrapado en yugos que solamente en Cristo los va a poder romper. En la Biblia cuando se habla del hombre prudente, nos tenemos que inclinar a pensar que también se trata de un hombre justo, porque la prudencia es un fruto de una persona que conoce el carácter de Cristo, y que desea seguir Sus pasos, dándole la espalda a los afanes y a las vanas riquezas de este mundo. El prefiere esperar que Dios sea el que lo bendiga por causa de haber puesto en primer lugar el Reino de Dios y Su justicia, y porque sabe que Dios le dará todo lo que necesite por añadidura (Mateo 6:33). El hombre necio ve el mal y no se aparta, pero el hombre prudente que se deleita en escuchar la voz de Dios que son las Sagradas Escrituras, una vez que es apercibido, se aparta. Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que por la gracia que nos ha sido otorgada, nos permite ser testimonio para ganar almas para el Reino de Dios y cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

 

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El que trabaja con diligencia, hallará el bien

Él que con diligencia busca el bien, se procura favor, pero el que busca el mal, le vendrá. Él que confía en sus riquezas, caerá, pero los justos prosperarán como la hoja verde. Proverbios 11:27-28 (LBLA)

Cambiador del mundo: Una y otra vez el libro de los Proverbios, nos señala la bendición que es vivir con diligencia, buscar el bien caminando en la voluntad de Dios, apartarnos del mal camino, no confiar en las riquezas temporales de este mundo y depender de la justicia de Dios que salva al hombre y lo hace prosperar como árbol junto a corrientes de aguas (Salmos 1:1-3). Los hijos de Dios aquellos que han rendido su vida a Jesús y que ahora caminan bajo la sombra del Altísimo (Salmos 91), que viven meditando en las Escrituras, alabando y dando gracias a cada instante a su Creador, ellos son los que pueden testificar el cambio que han realizado en su diario vivir porque con toda seguridad antes de Cristo, ellos vivían en un caos y después de Cristo viven como los que sueñan (Salmos 126). Deleitarnos en la promesas que ofrece Dios en Su Palabra, requerirá de mucha fe, y de esperar los tiempos de Dios, porque las cosas no sucederán cuando nosotros queramos sino en el tiempo en el que Dios lo crea más conveniente para nosotros. Tenemos que recordar que cuando venimos a Cristo, tomamos la decisión de ya no vivir para nosotros ni mucho menos en nuestros propios planes, porque ahora con Cristo estamos juntamente crucificados para que ya no viva nuestro Yo, sino Cristo en nosotros y Su fe dirigiendo nuestras vidas (Gálatas 2:20). Por lo tanto clamemos hoy a Dios porque cada día que nos regale de vida, lo podamos disfrutar en Su presencia adorándolo y alabándolo en medio de todas las circunstancias que se nos presente, independientemente de que también nos hagamos un tiempo para apartarnos a orar. Cristo en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que por gracia nos está permitiendo cambiar el mundo por medio de nuestro testimonio. Aleluya.

El hombre sabio cuida su casa

Él que turba su casa, heredará viento, y el necio será siervo del sabio de corazón. Proverbios 11:29 (LBLA)

Cambiador del mundo: Es una gran responsabilidad como cristianos nacidos de nuevo, el cuidar nuestra casa, familia, finanzas y sobre todo nuestra relación personal con Dios, para que no llegue la destrucción a nuestro hogar. El hombre sabio edifica su casa sobre la roca que es Cristo, pero el necio lo hace sobre arena (Mateo 7:24-27). La única oportunidad que tiene nuestra familia para poder ser victoriosa en medio de este mundo que a lo bueno llama malo y a lo malo llama bueno (Isaías 5:20), es conocer a Cristo y tener una relación personal con El. No se trata de una religión sino como dijimos antes de una muy cercana e íntima relación personal con Jesús y con Su Palabra la Santa Biblia. El Apóstol Pablo, nos habla en su primera carta a los Corintios, que le agradó a Dios que se salvaran los creyentes por medio de la predicación de Cristo crucificado y resucitado y que muchos de los que iban a entregar su vida a su Salvador, no tenían que ser sabios según la carne ni poderosos, ni siquiera nobles porque aun lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios y lo débil de mundo escogió Dios para avergonzar a los fuertes y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios y aun lo que no es, para que por medio de Jesús, todos los que crean en El, sean salvos. Dios quiere que sigamos a Su Hijo Jesucristo y por medio de la fe en Su Nombre, alcancemos sabiduría, seamos justificados, redimidos y santificados, para que por toda la bendición que nos alcance en lo personal y como familia, toda la gloria se la lleve nuestro Creador (1 Corintios 1:21-31). Por lo tanto que sea Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria para que por Su gracia cambiemos el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

 

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El fruto del justo es árbol de vida

El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio. Si el justo es recompensado en la tierra, ¡cuánto más el impío y el pecador!

Proverbios 11:30-31 (LBLA)

Cambiador del Mundo: El propósito del hombre justo, es mostrar un testimonio que ayude a ganar almas para el Reino de Dios, porque finalmente eso es trabajar para las riquezas eternas puesto que el día que lleguemos a los cielos, y nos presentemos delante del tribunal de Cristo, queremos ser conocidos como hombres fieles que dieron por gracia todo lo que recibieron por gracia y que muchas almas estén registradas en el libro de la vida por causa de nuestra predicación del Evangelio aquí en la tierra. En todas las épocas ha existido una oposición para proclamar el Nombre de Jesús, porque aun en los Evangelios vemos los trabajos que pasó nuestro Señor Jesucristo para anunciar el Reino de Su Padre. No será menos la oposición con nosotros, sobre todo ahora que son los últimos tiempos y el mundo se ha desenfrenado en egoísmo, buscando cada uno lo suyo y viviendo para agradarse a sí mismo (2 Timoteo 3:1-7), pero los que amamos a Dios, tenemos que dar un giro de 180º e ir en sentido contrario para cumplir la voluntad de Dios. Estamos en los últimos tiempos y preparándonos para el gran evento que será cuando Jesús arrebate Su Iglesia a los cielos, tal como lo anunció el Apóstol Pablo (1 Tesalonicenses capítulos 4 y 5), y aun el Apóstol Pedro también profetizó que estemos listos para la venida del Señor, porque en los últimos días habrán muchos burladores que hablarán con sarcasmo siguiendo sus propias pasiones y riéndose de la promesa de la segunda venida del Señor (2 Pedro capítulo 3). Así que el Señor no se tarda en cumplir Su promesa aunque algunos la tengan por tardanza, sino que Él quiere que todos vengan al arrepentimiento. Cristo en nosotros la esperanza de gloria y nuestra victoria que por la gracia de Dios nos está permitiendo cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

 

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El justo alcanzará el favor de Dios.

El que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que odia la reprensión es torpe. El bueno alcanzará el favor del Señor, mas Él condenará al hombre de malos designios. Proverbios 12:1-2 (LBLA)

Cambiador del Mundo: Solamente cuando amamos a Dios podemos amar Su Palabra, pero si ignoramos la gran salvación que Él nos ha brindado a través de Su Hijo Jesucristo, seremos de las personas alejadas de Él, y por consiguiente aborrecedores de Su instrucción. Aquel que se ha entregado a Cristo y ha puesto en primer lugar el Reino de Dios y Su justicia (Mateo 6:33), alcanzará plenamente el favor del Altísimo, pero también Dios condenará a todo aquel que se ha entregado a vivir en el pecado. En el libro de los Proverbios una y otra vez, se nos exhorta a levantar la mirada a los cielos porque de ahí vendrá nuestro socorro, pero no debe sorprendernos que nacer de nuevo como cristiano, implicará caminar totalmente opuestos a los deseos y prioridades de este mundo natural. Quiere decir que el día que decidimos honrar a Dios con nuestra vida y con todo nuestro corazón, en ese mismo momento empezará una lucha entre el bien y el mal en nosotros y entre la luz y las tinieblas, y todo será diferente y ahora nuestra vida la tendremos que sujetar a la Palabra de Dios, y el mejor ejemplo es el sermón del monte, donde el mismo Jesús nos habló: bienaventurado los de corazón limpio, los misericordiosos, los que procuran la paz, los que han sido perseguidos por causa de Cristo, los que tienen hambre y sed de justicia, porque de ellos será el Reino de los cielos y serán hijos de Dios y verán a Dios, y serán saciados para siempre (Mateo 5:3-16). Por lo tanto amemos la instrucción de Dios y pongámonos como meta caminar en las promesas de las bienaventuranzas, porque eso es negarse a sí mismo, y poner a Cristo en nuestro corazón como la esperanza de gloria y nuestra victoria que por Su gracia cambia el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.

 

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