Jesús un pacificador
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
Mateo 5:9 (LBLA)
Cambiador del Mundo: Desde que Jesús comenzó a predicar el Evangelio, declaró que vinieran a Él porque Él era la paz y en el mundo tendríamos aflicción, pero señaló que confiáramos en Él porque ya había vencido al mundo (Juan 16:33). Puede entenderse por aflicción una presión que nos quiere desviar, una tensión, angustia, tribulación o adversidad, que hacen un trabajo silencioso muchas veces, pero terriblemente destructor en cualquier persona que todavía no ha puesto su fe en Cristo Jesús. Jesús también habló que Él se iría de la tierra, pero Su paz nos dejaría y esta no era como la que el mundo da y por lo tanto, todos aquellos que la recibieran, evitarían que su corazón sea turbado o que tuvieran miedo. La seguridad de nuestra paz tiene que ser, que el Señor vino a la tierra, vivió entre nosotros, murió y resucitó, y ahora está en Su trono en los cielos junto al Padre Eterno. Además El prometió que enviaría al Consolador, el Espíritu Santo, precisamente para que nos enseñara a vivir con paz, porque sabemos en quién hemos creído, en medio de un mundo que está totalmente alejado de la Palabra de Dios. *Pero a la Iglesia Cristiana, Dios la guardará en medio de todas las circunstancias para que cumpla su propósito y pueda ser llevada a los cielos a las Bodas del Cordero (Juan 14:25-28, Apocalipsis 19:6-9). Nosotros los cristianos nacidos de nuevo, vivimos ahora disfrutando de la paz de Dios aun en medio de las adversidades, porque sabemos que estas tribulaciones nos son comparables a la gran recompensa que tendremos en el cielo cuando vivamos eternamente con Jesús (Romanos 8:18 ). Seamos pues pacificadores, y si todavía no le has dado lugar a Jesús en tu corazón, invítalo hoy para que sea tu Rey y Señor (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria, que por Su amor y gracia nos permite predicar el Evangelio para cambiar el mundo (Colosenses 1:26-27, 1 Corintios 15:10,57, Mateo 28:19-20, Juan 15:12-13). Aleluya.