Caminemos en el poder de Dios
He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
Lucas 24:49 (RV1960)
Cambiador del Mundo: Antes de regresar al cielo con Su Padre, Jesús les habló a Sus discípulos señalándoles que todo lo que estaba escrito de El en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos, se había cumplido. Entonces se les abrió el entendimiento a los discípulos y comprendieron las Escrituras y les dijo: así está escrito, fue necesario que yo el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día, para que se predicase el Evangelio en mi Nombre para el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén y ustedes son testigos de todas estas cosas (Lucas 24:44-48). *Jesús sabía que al regresar El a los cielos, las pruebas y los inconvenientes para que sus seguidores aquí en la tierra predicaran el Evangelio, iban a ser frecuentes y terribles, y es por eso que El prometió que vendría el Espíritu Santo sobre ellos para recibir el poder de lo Alto y fueran fortalecidos para enfrentar esas pruebas (Hechos capítulo 2). Diez días después de Su partida a los cielos, se derramó en el Aposento Alto en Jerusalén el poder del Espíritu Santo y el Apóstol Pedro fue el primero en perder el temor de anunciar que Jesús era el Mesías y era al que ellos (los fariseos) habían crucificado, pero Dios lo había levantado de los muertos para que en el Nombre de Jesús, todo aquel que se arrepintiese, confesare su pecado y se bautizare, recibiría el perdón de pecados y el don del Espíritu Santo (Hechos 2:38-39). Hoy es el día para que esta promesa alcance a todos los que todavía no se han entregado a Jesús (Romanos 10:8-13). Cristo en nosotros nuestra esperanza de gloria y victoria que cambia el mundo, por Su amor y Su gracia (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.