La responsabilidad de oír y predicar el evangelio
Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,Y yo publicaré tu grandeza. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,Y cantarán tu justicia. Salmos 145:6-7 (RV1960)
Cambiador del Mundo: El día de nuestra salvación tiene que ser el más maravilloso de nuestra vida y además inolvidable, por cuanto recibimos a Jesús en nuestro corazón después de arrepentirnos y El tomó control total de nuestra vida y dispuso que el Espíritu Santo empiece a hacer la obra de santidad en nosotros (Romanos capítulo 8).
Este tesoro no podemos dejarlo enterrado y no publicarlo porque así como nosotros hoy estamos disfrutando de las bondades del Señor, también la Biblia nos exhorta a proclamar el evangelio para que muchas almas se salven y sean ganadas para el Reino de Dios.
Nosotros los que estamos en Cristo y hemos nacido de nuevo, Dios nos da la tarea de ser la sal de la tierra y la luz del mundo y estas dos cosas no podemos dejar de hacerlas porque por ejemplo si se enciende una luz es para ponerla en un candelero y para alumbrar a todos los que están en la casa. Esa tiene que ser nuestra función para que todos puedan ver las maravillosas obras del Señor y glorifiquen a Dios que está en los cielos (Mateo 5:13-16).
*Por lo tanto entendamos que los cristianos e hijos de Dios solamente somos instrumento para proclamar la grandeza de Dios y la gracia que El ha derramado, para que todo aquel que se arrepienta y confiese sus pecados a Dios, sea también perdonado y recibido como hijo de Dios para una vida que no terminará aquí en la tierra, sino que tendrá un hogar eterno en los cielos. Y por eso es necesario que en todo reconozcamos la obra de Dios en nosotros para que El siempre se lleve la gloria por todos los frutos que nosotros recibamos (1 Corintios 10:31).
Hoy es el día de salvación para que Cristo pueda ser en ti tu esperanza de gloria y tu victoria que por Su gracia cambia el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.