Dios nos espera de regreso a casa
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Filipenses 3:20-21 (RV1960)
Cambiador del Mundo: Jesús vino a la tierra y cumplió toda la voluntad de su Padre abriéndonos el camino de regreso a nuestra casa celestial si cumplimos y creemos precisamente en el sacrificio, muerte y resurrección de nuestro Salvador Jesucristo.
El Apóstol Pablo en su carta a los Filipenses nos exhorta a conocer el carácter de Cristo y de que nosotros estemos gozosos en el Señor y que tomemos Su Palabra como lámpara a nuestros pies porque es la única forma segura de poder regresar a los cielos (Salmo 119:105).
Una y otra vez Pablo les escribía a los Filipenses sin cansancio sobre las mismas cosas enseñándoles también que todo lo que era para él ganancia de este mundo, lo estimó como pérdida por amor a Cristo y aun los tesoros de esta tierra, también los declaró como pérdida por la excelencia de poder conocer cada día más a Cristo para amarlo y seguirlo y dar todo lo demás de esta vida por basura, con tal de alcanzar la herencia celestial.
Finalmente Pablo nos exhorta a caminar haca la madurez y proseguir por fe aun pasando por pruebas, con tal de llegar a cumplir la voluntad de nuestro Padre Celestial y de Jesús nuestro Salvador.
*Por lo tanto dejemos todo atrás y caminemos hacia delante prosiguiendo a la meta al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses capítulo 3).
Hoy es tu día de poder ser salvo si te entregas sin reservas a Jesús (Romanos 10:8-13).
Que el amor y la gracia de Dios permita que Cristo sea siempre en nosotros nuestra única esperanza y victoria para alcanzar la gloria de Dios (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.