Una raíz sana hará que el árbol de buen fruto
Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a fin de daros testimonio de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, el lucero resplandeciente de la mañana.
Apocalipsis 22:16 (LBLA)
Cambiador del Mundo: Si Cristo no es nuestra raíz nuestros frutos serán malos aunque nosotros tratemos en lo natural y en nuestra propia fuerza de hacerlos buenos. No debemos permitir que el mundo nos entretenga en sus malas decisiones porque de acuerdo a la Palabra, los hijos de Dios hemos sido llamados para anunciar las buenas nuevas y traerle a este mundo caído, la única esperanza que tiene para ser salvo y es precisamente tener fe en Jesús.
Cuando leemos los Evangelios, nos percatamos de la fuerte oposición de todos contra el mensaje de Jesús. En ese entonces el Imperio Romano estaba lleno de perversión y corrupción y sin embargo Cristo nunca se entretuvo a atacar lo que Roma hacía mal, sino que El se dedicó a predicar para que el corazón de la gente se purificara y entregaran su vida a Dios.
Quiere decir que la raíz del problema de lo que actualmente estamos viendo, es que el mundo se aleja más y más de Dios y tienen falsas expectativas de que un día todo va a cambiar y será bonito, pero los que hemos nacido de nuevo y ahora vemos claramente, nos percatamos que las cosas están empeorando porque los frutos cada día son peores. Sin embargo el fruto no va a cambiar por mucho que nos esforcemos a menos que la raíz pueda ser sanada.
*Ahora bien Jesús declaró: que El era la raíz y el linaje de David, así es que el único árbol del que podemos comer es del árbol de vida que produce el Fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23).
Solo Cristo y Su Palabra puede sanar un mundo caído.
Hoy es tu día de que Cristo sea tu esperanza de gloria y tu victoria que cambia el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10,57). Aleluya.