La senda de los justos y el camino de los impíos.
Más la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día. El camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan.
Proverbios 4:18-19 (LBLA)
Cambiador del Mundo: Observemos la gran diferencia que es caminar por la senda de los justos que nos lleva a la luz de la aurora y el andar por el camino de los impíos que lleva a la oscuridad y no saben en qué tropiezan. Además cuando una persona no se ha arrepentido ni se ha entregado a Jesús, es obvio que ni siquiera sabe diferenciar espiritualmente entre una vida de santidad y otra de condenación, porque antes de Cristo, para muchos de nosotros habían cosas que sucedían que no las llamábamos pecado, sino quizá remordimiento. Ahora que leemos la Biblia los que hemos nacido de nuevo en Cristo, (Romanos 6:1-13), empezamos a entender qué es lo que le agrada a Dios y nos lleva a la salvación eterna y qué es lo que aborrece, que por supuesto se llama pecado y nos llevaría a una muerte eterna. Escudriñar las Escrituras desde Génesis hasta Apocalipsis, siempre nos dará una dirección de bendición y con seguridad nos mostrará el corazón y el amor del Señor hacia todos aquellos que se entregan a Él. Jesús habló a Sus discípulos y a Sus seguidores palabras que los animara a dejar su vida personal para seguirlo a Él en Su propósito. Sin embargo al final de Su jornada Jesús solo tuvo doce seguidores y discípulos que anduvieron con El a lo largo de Su ministerio y después de Su resurrección también caminaron con el Señor unos días. Seamos nosotros como los discípulos que lo dieron todo por basura con tal de agradar al Salvador de este mundo (Lucas 9:23-26). Que la gracia y la misericordia de Dios sobre nosotros, que nos ha dado a Cristo nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria, nos permitan ser instrumentos del Señor para cambiar el mundo (Colosenses1:26-27, 1 Corintios 15:10, 15:57). Aleluya.
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