Hablemos siempre lo que edifica
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29 (RV1960)
Cambiador del Mundo: Para todos los que somos primera generación de cristianos nacidos de nuevo, nos cuesta mucho trabajo dejar de hablar como lo hacíamos antes de Cristo, porque en realidad normalmente escuchábamos consejos emocionales que no tenían nada que ver con la Palabra de Dios. Pero en el momento que nos entregamos a Jesús, el Espíritu Santo nos da convicción de todo nuestro pecado para que nos arrepintamos y permitamos que la gracia de Dios, empiece a hacer su obra en nuestros pensamientos, palabras y acciones, y abandonemos nuestra antigua manera de vivir. Bendecir significa hablar bien y traer esperanza de una vida nueva al que escucha. El Apóstol Pablo en su carta a los Efesios los instruye hablándoles y exhortándoles a que dejaran su pecado y empezaran a actuar conforme a la voluntad de Dios, dándoles la instrucción de que las vanas palabras entristecen al Espíritu Santo y por eso es importante hablar conforme a lo que la Biblia nos enseña. *Que, a partir de nuestra conversión, desechemos la mentira y hablemos verdad con nuestro prójimo y no demos lugar al enemigo de nuestras almas, y en nuestras palabras ya no exista amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes bien pidámosle a Dios que Su gracia nos permita ser benignos unos con otros, hablando con misericordia y perdonándonos unos a otros como también Dios nos perdonó a todos los que ahora estamos en una vida nueva en Cristo (Efesios 4:25-32). Por lo tanto, consagremos nuestro corazón, mente y boca a nuestro Señor Jesucristo para que muchas personas sean ganadas para el Reino de Dios por Su Palabra y nuestro testimonio. Hoy es tu día de salvación si recibes a Jesús en tu corazón (Romanos 10:8-13). Que el amor y la gracia de Dios siempre nos ayuden a que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria para cambiar el mundo (Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.