Nuestro enfoque está en Cristo
Por eso, hermanos, procuren fortalecer su llamado y elección. Si hacen esto, jamás caerán. De esta manera se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2 Pedro 1:10-11 (RV1960)
Cambiador del Mundo: Fortalecer nuestro llamado, es una urgencia para todos aquellos cristianos que deseen permanecer firmes, contra de las adversidades con las que el mundo intenta distraernos y apartarnos de Dios. Fortalecer nuestro llamado, es pasar diariamente tiempo en oración, escuchando a Dios como lo hace un hijo con su Padre. Fortalecer nuestro llamado, es pasar tiempo estudiando la Biblia, para conocer cada día más a Dios y podamos entender nuestro llamado.
*Si hacemos todo lo anterior entonces por la gracia de Dios, Él nos guardará de no caer y caminar firmes en su propósito eterno.
*Es una prioridad entender nuestro llamado, ya que nuestra calificación en los cielos se basará exclusivamente cuánto nosotros obedecimos a Dios en todas las cosas que Él nos mandó a hacer. Puede ser que a nosotros nos de cinco talentos, o tres talentos o solamente uno, pero de cualquier manera nunca enterremos ninguno de esos talentos, sino tengamos la responsabilidad de multiplicarlos, porque si fuimos fieles en lo poco, Dios entonces nos dará lo mucho cuando lleguemos a la eternidad con Él (Mateo 25:14-30).
*Quiere decir que Dios no nos calificará por tratar de imitar el llamado de otras personas, sino por identificar específicamente nuestro llamado, porque de ahí Dios tomará la decisión de dónde pasaremos la eternidad.
Nuestro enfoque siempre tiene que ser buscar y hacer la voluntad de Dios por su gracia y a su manera y no a la nuestra. Por lo tanto, si vivimos enfocados en Cristo y agradándole en nuestro diario vivir, será casi imposible resbalar y perder nuestro llamado, por cuanto el poder de Dios siempre nos sostendrá como hijos obedientes a su voluntad.
Hoy es tu día de salvación y de fortalecerte en tu llamado y propósito, para que Cristo sea tu esperanza de gloria y tu victoria para cambiar el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.