¿Eternidad o Prosperidad terrenal?
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19-21 (RV1960)
Cambiador del Mundo: Es importante que en el momento en el que nos convirtamos a Jesús, tomemos la decisión de ponerlo a El en el primer lugar de nuestra vida y que miremos a los cielos y contemplemos la promesa de vida eterna que recibe todo cristiano que ha nacido de nuevo.
Jesús mismo es el que nos dice en los versículos de hoy, que no estemos afanados y preocupados por los tesoros de la tierra, porque no valen ni un centavo el día que nos presentemos delante del tribunal de Cristo. Sino enfoquémonos en la promesa de la vida eterna donde reinaremos con Dios si fuimos fieles durante toda nuestra carrera aquí en la tierra.
También Jesús nos dice en las escrituras que donde esté nuestro tesoro ahí estará también nuestro corazón y es por eso que no debemos de atesorar lo material y temporal de este mundo.
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. Pero no podemos servir a Dios y a las riquezas.
Pero tomemos esto también en cuenta, que Jesús promete proveernos de todo lo que necesitamos y nos exhorta a estar contentos si tenemos sustento, techo y abrigo.
*Jesús habla de las aves de los cielos que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros y nuestro Padre Celestial las alimenta. Y nosotros Sus hijos valemos mucho más que ellas, así que no nos afanemos y gocémonos en el Señor con fe y esperanza de la vida eterna.
Hoy es el día de entregar tu vida al Señor si aun no lo has hecho para que Cristo sea en ti tu esperanza de gloria y tu victoria que cambia el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.