Seamos de bendición y no de tropiezo
No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
1 Corintios 10:32-33 (RV1960)
Cambiador del Mundo: La iglesia de Cristo, está conformada con todo tipo de personas de lenguas y naciones que llegamos invadidos de pecado, pero con un corazón arrepentido, que quieren rendir su vida delante de Jesús y abandonar su antigua manera de vivir. Este caminar se vuelve solitario porque cada uno tendrá que entrar por la puerta estrecha y transitar por el camino angosto en una relación personal con Jesús, clamándole por Su gracia, amor, paciencia y misericordia, creyendo en todas las promesas escritas en la Palabra de Dios la Santa Biblia. Ahora bien, es necesario que cada cristiano nacido de nuevo, se bautice y se incorpore al Cuerpo de Cristo que es Su iglesia, para que pueda ser no solo instruido en la Palabra de Dios, sino además discipulado tal como nos dejó Jesús su gran comisión que es el ir a hacer discípulos a todas las naciones y bautizarlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19-20). *Aquí empieza también nuestra responsabilidad de ser ejemplo y testimonio a todos en nuestras palabras y acciones y procurar que todo lo que hablemos y hagamos traiga gloria a nuestro Señor Jesucristo. Porque ya muchas personas estarán observando nuestras vidas desde el momento que nos proclamemos cristianos y por eso debemos dejar huellas claras de nuestro amor, paciencia, gracia y misericordia sobre otros, así como Jesús hace con nosotros. Recordemos que también nosotros venimos de un mundo de pecado, para que cuando veamos otros pecadores llegar, recordemos nuestra conversión y del amor y compasión con que fuimos recibidos y que estamos obligados delante de Dios a dar por gracia lo que recibimos por gracia (Mateo 10:8 ). Hoy es el día de permitir que Cristo sea nuestra esperanza de gloria y nuestra victoria que cambia el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.