Escogidos para ser hijos de Dios
En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Juan 1:10-13 (RV1960)
Cambiador del Mundo: Por su gran amor para con nosotros, Dios envió a su Hijo Jesucristo a este mundo para que pudiéramos creer en Él, reconciliarnos con Él y ser salvos.
La historia de Jesús descrita en los versículos de hoy, nos muestra que a los suyos vino, pero no le recibieron, más a los que le recibieron y creen en su nombre, les dio poder para ser hijos de Dios.
*Si nosotros no hemos nacido de nuevo en Cristo, con toda seguridad ninguna de estas palabras entenderemos, porque sin Jesús en nuestro corazón, estamos ciegos y totalmente perdidos del propósito eterno para el cual nacimos en este mundo.
*Lo más triste en todo esto, es que muchos de nosotros antes de ser verdaderos cristianos, vivíamos engañados pensando que podíamos ser buenos por nuestras obras y que tendríamos el regalo de la eternidad, simplemente por ser religiosos de domingo y quizá ni eso, sino solamente religiosos cada vez que tuviéramos el compromiso de asistir a un evento que se mezclara con Dios.
Entonces podemos concluir perseverando en saber que nuestra identidad está basada en que somos hijos de Dios y, por lo tanto, nuestra esperanza está exclusivamente en Cristo y en su palabra que es la Biblia.
*Nuestro propósito es regresar a casa, a los cielos por toda la eternidad, gracias a que Jesús nos ha reconciliado por su gracia, misericordia y amor con nuestro Padre Eterno que es Dios.
Hoy es tu día de salvación si te rindes a Jesús y lo declaras tu Rey y Señor, tu esperanza de gloria y tu victoria para cambiar el mundo (Romanos 10:8-13, Colosenses 1:27, 1 Corintios 15:10, 57). Aleluya.