Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre; porque guirnalda de gracia son para tu cabeza, y collares para tu cuello.
Proverbios 1:8-9 (LBLA)
Cambiador del Mundo: Es una prioridad que los hijos escuchen la instrucción de su padre y de su madre, porque eso les dará larga vida y Dios los hará prosperar en todas las cosas (Efesios 6:1-3). Cuánto más nosotros los que hemos nacido de nuevo como cristianos y que tenemos a Cristo viviendo en nuestro corazón necesitaremos más cada día de la gracia de Dios y del trabajo de Su Espíritu Santo en nuestra vida, para poder caminar conforme a Su voluntad. El Apóstol Pablo en su carta a los Filipenses, nos enseña que Dios es el que produce en nosotros el querer como el hacer por Su buena voluntad (Filipenses 2:13) y el mismo Pablo en su carta a los Romanos nos enseña también que no es del que quiere ni del que corre sino de aquel del que Dios tenga misericordia. Igualmente leemos que al quiere endurecer, endurece y ese es el peligro, que nosotros estemos indiferentes a Dios y perdamos esa intimidad de buscarlo de día y de noche para que como hijos amados, también nosotros recibamos larga vida y cielos abiertos que El ofrece a los que le aman ( Romanos 9:15-18, Joel capítulo 2). Cada vez que leemos la Palabra de Dios, esta brillará como un diamante y nos revelará muchas cosas que quizá en el principio de nuestra relación con El, no nos percatábamos ni entendíamos, pero ahora nosotros debemos procurar escuchar a Dios porque Él siempre nos está hablando a lo largo de todas las Escrituras de la Biblia. Pidámosle hoy a Dios que nos haga aptos para toda buena obra, porque esta es Su voluntad y es lo que le agrada por medio de Cristo en nosotros, para que Él se lleve la gloria por siempre. Vamos a cambiar el mundo (Hebreos 13:20-21). Aleluya.
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